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Hipocrit
Restaurante Neichel
Soy una persona que rayo mi definición de normalidad, Cada vez menos cosas emocionan, un buen polvete, un buen libro, un buen vino, Pero todo puntualmente y en su momento apropiado.
Lo mismo me sucede con las personas, mis héroes hace tiempo que cayeron de sus pedestales, quedando solo la admiración hechos y dichos puntuales y brillantes y el resto de ellos descansa en el amasijo de la mediocridad humana o mucho mas abajo para compensar esa brillantez.
Esta introducción me sirve para entender mi evaluación gastronómica. Tengo la suerte de tener una madre de aquellas que creían que el valor (termino contable) de una mujer estaba en su capacidad de cocinar y de mantener el orden en una casa. Y que su marido y su familia la valorarían más en cuanto mejor cocinase. Y encima tenía que rivalizar con un montón de cuñadas que creía que tenían objetivos similares. Ha sido toda una vida dedicada a la experimentación y a la superación en su forma de cocinar.
Por lo que sin darme cuenta mi baremo a la hora de evaluar estaba ya puesto muy arriba y muchas veces encontraba mediocre lo que a otros les parecían maravillas. Yo puedo comer cualquier cosa, y por hambre incluso disfrutar de ella, pero de eso a puntuarlo con buena nota hay un trecho.
Me joroban aquellos reputados restaurantes que convierten todos los platos en un flanecito, que es una mezcla de sabores buena, pero las texturas se fueron todas a tomar polsaco. O que comes bien sin sentirte a gusto, creo que la decoración, el entorno, el servicio etc. son un complemento a la hora de disfrutar de un plato.
Y escapándose de las manos del cocinero o propietario, la compañía también es primordial a la hora de comer, y disfrutar de una comida.
Había ido hace unos 25 años lo recordaba excelente, pero especialmente recordaba sus postres. Venían a verme, pagaban ellos pero yo elegía el restaurante. Yo sabía que uno de ellos siempre consultaba su guía Michelin.
Así que se me ocurrió tener un reencuentro con Jean-Luis Neichel
Yo no entiendo al que va a un restaurante de estas carácterísticas y no pide trabajo de artista. Gente que se pide jamón para empezar. O un solomillo a la brasa, o un pescado a la plancha…….por Tutatis y Belenos, vale que pueden ser platos muy exquisitos, pero no es el lugar adecuado. Estos platos los puedes pedir em El Mussol, en el Trovador o en L’Oliana lugares sin arte cuyo éxito se basa en la materia prima bien escogida. Pero cuando hay un artista detrás, hay que dejar que trabaje, para poder evaluar su calidad.
Vino Un Rioja del 2001 (No lo elegí yo).
Entrantes aperitivo….seleccionados por la casa….Un juego de exquisiteces y sabores.
Primero…..Ensalada de Trufas
Principal….Lomos de ciervo
Selección de un carro de quesos
Madroños con Garnacha...seleccionado de dos carros de postre.
Todo exquisito, las combinaciones de sabores estudiadas, no eran fruto del azar. Los que me acompañaban estaban emocionados, y no paraban de soltar flores al servicio.
Fue una comida memorable para recordar.
3 personas 380€ (2 exquisitas botellas de vino incluidas)
Neichel Restaurant
c/ Beltrán i Rózpide, nº 1-5 (antes Avda. Pedralbes)
08034 Barcelona