La galaxia irregular NGC 55.
La irregular galaxia NGC 55 parece ser similar a la Gran Nube de Magallanes (GNM).
Pero mientras que la GNM está a unos 180.000 años luz de distancia y es una bien conocida satélite de nuestra propia Galaxia Vía Láctea, NGC 55 está a unos 6 millones de años luz de distancia y es miembro del Grupo de Galaxias del Escultor.
Clasificada como una galaxia irregular, en largas exposiciones la GNM como tal se parece a un disco galáctico barrado.
Aun así, abarcando 50.000 años luz, NGC 55 la vemos aquí casi de canto, presentando un perfil plano y estrecho en contraste con la vista de cara de la GNM.
Como las grandes regiones de formación estelar que crean nebulosas de emisión en la GNM, NGC 55 también parece ser productora de nuevas estrellas.
Este maravilloso retrato galáctico realza el brillante núcleo, rosadas regiones y cúmulos de jóvenes estrellas azules en NGC 55.
De lo mejor que hay en forosx...
un besazo.
Iniciado por Lechuza
Muchas gracias.
Estas invitada a visitar este hilo y a participar en él, siempre que quieras.
por cierto..
por que las galaxias tienen colores diferentes...
es por la intensidad del gas....que hace que lo veamos asi.....
¡Vaya! Hacía mucho que nadie preguntaba nada.Iniciado por Lechuza
Muy interesante pregunta. Si quieres, te animo a que corrijas y completes la respuesta que te doy.
Para comprender el lenguaje de los colores, hay que tener en cuenta que una galaxia es un objeto compuesto.
Sus principales fuentes de luz, y color son las estrellas y las nebulosas luminiscentes; pero también la materia oscura contribuye a veces a la paleta cromática con oportunas “veladuras” de las nebulosas opacas, situadas delante de los campos estelares o de las nubes brillantes. Combinando estos pocos ingredientes, la naturaleza consigue la enorme variedad de formas y colores de las galaxias.
Miles de millones de estrellas forman una galaxia. Si las estrellas tienen colores, es lógico preguntarse si las galaxias también los tienen. Y la respuesta es sí. Pero esta vez, en lugar de temperaturas o tamaños, los colores nos cuentan la historia de cuándo han nacido las estrellas de la galaxia. Las galaxias en las que están naciendo nuevas estrellas aparecen azules a nuestros ojos: las estrellas masivas azules aún viven, inundándolo todo con su luz y eclipsando a las estrellas rojas, menos masivas pero más numerosas, que también acaban de nacer o que ya se habían formado tiempo atrás. Si, repentinamente, en una galaxia azul dejan de nacer estrellas, las primeras en morir serán las derrochadoras estrellas azules, mientras que las ahorradoras enanas rojas permanecerán en secuencia principal durante miles de millones de años: la galaxia ahora es roja y vieja.
Cuando nace una estrella, es decir, cuando en su interior se desencadenan los procesos que fabrican núcleos de helio a partir de protones, la masa del astro es prácticamente el único elemento que determina la luminosidad, el radio y el color del objeto celeste durante toda la fase de “combustión” termonuclear del hidrógeno.
Las estrellas de mayor masa llegan a ser muy luminosas y de un intenso color azul (en virtud de la elevada temperatura fotoesférica), pero esta magnificencia tiene un precio: estos astros agotan rápidamente su combustible y en poco tiempo (astronómicamente hablando) desaparecen de la escena, tal vez con una imponente explosión de supernova, para cerrar con elegancia el magnífico espectáculo de su vida.
Las estrellas más pequeñas, de color rojizo, consumen lentamente sus reservas y viven mucho más, pero precisamente por su parsimonia son muy tenues y no pueden compararse en esplendor con las estrellas azules.
Las estrellas intermedias, semejantes al Sol, sustituyen progresivamente en nuestro modelo de galaxia a los astros gigantes y “despilfarradores”. Después de algunos miles de millones de años, su color inicial pasa del amarillo verdoso al rojo, porque la superficie fotoesférica crece desmesuradamente y se enfría. También su modesta emisión de luz se transforma finalmente en un torrente de fotones, por efecto de una reordenación estructural, consecuencia del agotamiento del hidrógeno como combustible.
Si observamos nuestro modelo después de 10.000 o 20.000 millones de años de la “explosión demográfica” inicial, no tendremos ante nosotros una galaxia azul, sino roja. Entre las galaxias reales, las que más se aproximan a las condiciones de este sencillo modelo son las elípticas.
Consisten en estrellas muy viejas, prácticamente coetáneas, que confieren a estos objetos una coloración característica entre el amarillo y el rojo. No están presentes las nebulosas luminiscentes ni las oscuras, como testimonio de la endémica pobreza del material que da origen a nuevas estrellas. Por el contrario, las espirales contienen varias generaciones de estrellas. Las más viejas predominan en la región central, el bulbo rojizo que parece una galaxia elíptica en miniatura. Las más jóvenes pintan de azul los brazos espirales, donde se agrupan en racimos rodeados de nubes de polvo y gas.
Así pues, el diccionario de los colores sólo consiste en una sencilla regla: azul=joven - más caliente y rojo=viejo - menos caliente.
El ejemplo más claro es M31 (Andrómeda) en el que el bulbo central queda amarillo-anaranjado y los brazos más exteriores tienden hacia el azul.
Esta foto Andrómeda (M31) ya la posteé el pasado 10 de Mayo.