Cristo Crucificado (Velázquez, 1631-1632).





  • Paño de pureza (perizoma): Habitual en el Barroco era hacerlos con vuelo, pero Velázquez prefirió hacerlo escueto para dar mayor énfasis al estudio de anatomía que prima en la obra.
  • Presencia de poca sangre: Su influencia andaluza hacía que la representación careciese del dramatismo y sangre que se daba en los artistas castellanos.
  • Halo místico: Resplandece en su cabeza, captando el aspecto religioso y sagrado de la figura.
  • Cuatro clavos: Era la iconografía habitual en el siglo XVII y que Velázquez tomó de su mentor, Francisco Pacheco. Se representaba a Cristo con cuatro clavos: dos en manos y dos en pies.
  • Ligero contrapposto : Signo clásico, la pierna se flexiona levemente para que sea la otra la que soporta el peso.
  • Fondo oscuro: La influencia tenebrista se ve en el fondo oscuro y en la luz que incide en la cruz.
  • Rostro idealizado: La incluencia clasicista se ve en su rostro sereno, caído hacia uno de sus lados.