Pedro: Oye Jaume? Y por qué dicen que los catalnes, cuando hablais, parece que esteis partiendo nueces?
Jaume: No crec, no crec, no crec
Pedro: Oye Jaume? Y por qué dicen que los catalnes, cuando hablais, parece que esteis partiendo nueces?
Jaume: No crec, no crec, no crec
voyIniciado por bluestar @ Jueves Feb 21, 2008 12:34 am
van dos mariquitas en el tren, y se asoma uno de ellos por la ventanilla y le entra una mota en el ojo y dice alarmado:
uuuuggggg, me ha entrado una carbonilla, mientras se restriega y echa las pestañas hacia atrás,
pero le dice el otro: una carbonilla? pero si es eláctrico.
Y le contesta el primero: ayyy no sé, pues habrá sido un voltio.
Una madre le dice a su hija:
- Hija, las vecinas dicen que te estás acostando con tu novio.
La hija le responde:
- ¡Ay, mami! la gente es más chismosa.... una se acuesta con cualquiera y
ya dicen que es el novio.
Ahí van unos cortitos:
Era un tio tan vago, tan vago. Que se levantaba a las cinco de la mañana.
Para así estar más tiempo sin hacer nada.
Otro de vagos:
Uno que va a una carpinteria. y le pregunta al carpintero:
Oiga ¿me haria una mesita de noche?
carpintero: Sí no las hago de dia. ¡¡¡Ahora, las voy ha hacer de noche!!!
Era un maricón que va a una carniceria. Y le pidé a la dependienta:
Pongamé un salchichón, el más largo que tengas.
y la dependienta con el salchichon en la mano, le pregunta:
¿Quiere que se lo corte a rodajas?
Maricón: ¡¡¡ULLL!!! ¡¡¡ Que te hass creiidooo !!! ¡¡¡ Que mí culo ess una huucha !!!
Adeuu!!!
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.
Jajajaja, me acuerdo de este chiste: lo explicó hace bastantes años Barragán en medio de una de las retransmisiones que hacía Alfons Arús de los partidos del Barça. Sería el año 1989 o 1990.Iniciado por bruno62 @ Jueves Feb 21, 2008 9:38 pm
Juan tenía mucho éxito en su carrera, no tenía problemas económicos y era muy querido por sus amigos. Sin embargo, con el tiempo empezó a sufrir dolores de cabeza, ligeros al principio, pero que fueron aumentando de intensidad hasta llegar a ser insoportables.
Cuando su salud, su trabajo y su vida amorosa empezaron a ser afectados por este problema, Juan se decidió a consultar con un médico.
El especialista le examinó, realizó varios análisis, le tomó radiografías, muestras de sangre, de heces, de orina, y por fin le dijo:
- Le tengo una noticia buena y una mala.
La buena es que puedo curarle sus dolores de cabeza.
La mala es que para hacerlo tendré que castrarlo.
Usted sufre una rara condición en la que sus testículos oprimen la base de su columna vertebral, y eso es lo que le causa dolores de cabeza.
La única manera de remediarlo es extirpar sus testículos.
Juan quedó sorprendido y deprimido, pero sus jaquecas empeoraban más cada día, y preso de la desesperación decidió someterse a la operación.
Al salir del hospital, el dolor de cabeza había desaparecido por completo, pero se sentía abatido y desanimado, como si le faltara una
parte de sí mismo (obviamente). Caminando por un parque, se puso a reflexionar, y decidió que, puesto que se sentía como una nueva persona,
empezaría su vida de nuevo, disfrutándola a cada momento.
Animado, pasó frente a El Corte Inglés y vio en escaparate un magnífico traje de Emidio Tucci.
- Eso es lo que necesito - se dijo a sí mismo - Para empezar, me compraré un traje nuevo-.
Así que entró en la tienda, subió a la planta de caballeros y le dijo a un vendedor que necesitaba un traje. El vendedor le observó por un
momento y dijo:
- Muy bien, talla 46.
- ¡Exacto! ¿Cómo lo sabía?.
- Es mi trabajo señor, llevo más de 20 años en el oficio -repuso el vendedor-.
Juan se probó el traje, y le quedó perfectamente. Mientras se observaba en el espejo, el vendedor le dijo:
¿Qué le parece una camisa nueva?.
Juan lo pensó por un momento, y respondió:
- Pues, ¿por qué no?.
- Veamos, ha de ser una talla 6
- ¡Noooo! ¿Cómo lo ha sabido?.
- Es mi trabajo -repitió el vendedor-.
Juan se probó la camisa, que le quedó super bien. Mientras se veía en el espejo, el vendedor le dijo:
- Y cómo ve, ¿unos zapatos nuevos?
Juan estaba cada vez más animado.
- Por supuesto -dijo-.
El vendedor echó un vistazo a los pies de Juan
- Ha de calzar más o menos un 44, no?
-Juan estaba asombrado-.
-¡Exacto! ¿Cómo lo supo?.
- Ya le dije es mi trabajo -respondió el vendedor-.
Mientras Juan admiraba sus zapatos nuevos, el vendedor le preguntó:
-¿Cómo ve, ya que estamos en esto, unos calzoncillos importados queestán de lujo?
Juan lo pensó por un segundo, pensó en la operación que acababa desufrir, y dijo:
- Pues bueno.-
- Muy bien, debe ser calzoncillos de la talla 44.
Juancho se rió:
- No, mi amigo, ahora sí se equivoca. He usado talla 36 desde los dieciocho años.
El vendedor negó con la cabeza:
- No puede ser señor, no es posible que use la 36... Porque el calzoncillo estaría demasiado apretado, le presionaría los testículos
contra la base de la columna y tendría todo el día un gran e insoportable dolor de cabeza...
Esto era en tiempo de las cruzadas. En esto que se reunen todos los nobles del condado. Y acordan ir a las cruzadas en Tierra Santa.
En esto que llega al castillo el conde Gonzalo, allí reune a su mujer y a todos sus vasallos.
Les dice: Me voy a Jerusalem para conquistar Tierra Santa.
Espero que me cuideis el castillo en mí ausencia.
En cuanto a vos, Lady Laura ¿ Me sereís fiel durante mí ausencia ?
Lady Laura: Sí mí señor. Yo solo vivo por vos.
Pero el conde, ante el atractivo de su mujer era muy desconfiado y no las tenia todas. Llama a su sirviente más fiel.
Sr. Conde: Fermin, venid y traedmé el mejor cinturón de castidad que tengamos.
Una vez con el se reunen en otra habitación y se lo ponen a Lady Laura. Y empiezan a cerrar todas las cerraduras: RAC, RAC, RAC.
Una vez instalado, el conde le dice a su sirviente: ¡¡¡Tomad la llave Fermín!!! Yo confio en vuestra lealtad. Me la guardaís hasta que regresé.
Entonces el noble se pone la armadura, el casco y baja las escaleras del castillo en dirección a las cuadras, para reunirse con los otros nobles que ya estaban dispuestos para partir.
Cuando estaba a punto de salir de sus tierras. Oye a Fermín, que se le acerca corriendo y gritando:
¡¡¡ Señor conde, señor conde !!!
¡¡¡ Que os habeís equivocado de llave!!!
¡¡¡ QUE ESTÁ NO ABRE !!!
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.
Un hombre le dice a su mujer:
-Querida, a ver si eres capaz de decir algo que me ponga contento y triste a la vez...
La mujer le responde:
-¡Tu polla es la más grande de todo el pueblo!
Iban unos alumnos de excursión en el tren, cuando el profesor observa que los niños intentaban sacar la cabeza por la ventana, i el profesor todo preocupado y alterado, saca la cabeza por la ventana y grita: “niños, cuidado con los postes-tes-tes-tes-tes-tes-tes-tes-tes-tes…….
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