‘Zadok The Priest’ en clave blanquiazul
12 de marzo de 2011
Javier Alfaro –Periodista y socio RCDE–
No me pueden negar que el simple hecho de imaginarlo pone los pelos de punta, ¿eh? Me refiero a ese día soñado por el aficionado perico, ese momento mágico en que la composición de Haendel (posteriormente adaptada por Tony Britten) inunde el cielo de Cornellá-El Prat. Allá por el siglo XVII, el compositor de origen alemán compuso Zadok The Priest, una pieza conocida en la actualidad como el himno oficial de la Champions League. Hoy, en pleno siglo XXI, los pericos esperamos con ansias escuchar algún día esa sucesión de notas resonando en nuestro feudo. ¿Se puede convertir este sueño en una realidad?
Admito que hace tan sólo dos meses decía “¡Este año sí!”. Sin embargo, al parecer, tendremos que esperar; por lo menos, un añito más. Algunos hablan de las ventas en el mercado de invierno, otros de la plaga de lesiones musculares, pero sinceramente, poco me consuelan las razones. En definitiva, lo realmente importante es que los aficionados volvemos a observar como nuestro gozo queda en un pozo.
Maltratada por los caprichos del destino, la afición blanquiazul espera que alguna vez salga la otra cara de la moneda, que en ese momento puntual que separa el éxito del fracaso, la suerte nos sonría.
Tal y como ha ido la temporada hasta ahora, y teniendo en cuenta el calendario de lo que resta, quedarnos fuera de competiciones europeas sería un chasco enorme. Vale, por ahora aceptamos barco y nos conformamos con disputar la Europa League. Pero no menos que eso, no me basta con los 42 puntos y un final de liga tranquilo.
Hace casi cuatro años salí de Hampden Park prometiéndome que volvería algún día a por lo que Europa nos debe. Así que cuando llegue la jornada 38, quiero abandonar el estadio de Cornellá-El Prat habiendo emprendido ese viaje.
No olvido que se trata de un equipo muy joven y que existen grandes condicionantes adversos, pero somos pericos, estamos más que acostumbrados a nadar contracorriente. Es cierto que hay que mantener los pies en la tierra, pero caminando con la ambición por las nubes. Así que, mientras quede algo de esperanza, luchemos por escuchar Zadok The Priest, o como mínimo, programemos el GPS para que nos lleve a recoger nuestra copa. Volem? Sí, ¿verdad? Pues eso, ¡vamos Espanyol!