A raiz del partido Barça-Osasuna y de la pequeña tangana que se organizó, soy de la opinión de que ya basta de esta “noble” costumbre de echar el balón fuera cuando alguien se “lesiona”. En el futbol actual, donde hay intereses por doquier, este tipo de “deportividad” está trasnochada y es sujeta, en un elevado porcentaje de ocasiones, a engaños con cortes de juego y pérdidas de tiempo.
Si alguien se lesiona, ha de ser el árbitro quien pare el encuentro (difícil papeleta, por cierto) y dejarse del consabido numerito:
1.- echar el balón fuera,
2.- recuperación del jugador o retirada del mismo del recinto de juego
3.- devolución del balón
y, que no falte,
4.- el aplauso del público
Qué opináis?