Iniciado por
Simunet
Mira, Diavolo0, pocas cosas hay más bajas que el fútbol en sus altas instancias, y cuando digo bajas quiero decir viles, sucias, rastreras. A los directivos ya les interesa que los buenos jugadores se escapen, para después ficharlos cuando o bien están consagrados o son promesas de las que todo el mundo habla. ¿Por qué? Por las comisiones. Hay mucho dinero a repartir. Muchos intereses creados que la mayoría de los mortales ni intuimos. Por supuesto que hay jugadores que se escapan por error, porque el experto de turno consideró que no valía la pena ficharlo y después resulta que era un fenómeno, eso siempre ha ocurrido, pero muchas veces dejan que se escapen. La historia del fútbol está llena de casos de jugadores que se pudieron haber fichado por un precio nimio y al cabo de unos años es fichado por una millonada, y eso es válido para el Barça, para el Madrid y para la mayoría de los grandes clubs europeos.
Por ejemplo: Romario. Cruyff pudo haber fichado a Romario durante los Juegos Olímpicos de Seul, por una miseria, pero prefirió fichar a Aloisio (O rei du pase cortu, como decía Alfonso Arús). El PSV, que también envió ojeadores a los JJOO, se llevó a Romario. Con una desfachatez enorme, el holandés volador dijo: "Mejor, así el PSV lo rodará en Europa para nosotros" (qué cara más dura). Resultado: 4 o 5 años consecutivos el PSV ganó la liga holandesa, con Romario de máximo goleador del campeonato. Finalmente, Cruyff accedió a ficharle en 1993 por una cifra alrededor de 650 millones de pesetas, o 700, no lo recuerdo muy bien. Y comisiones por aquí y comisiones por allá.
Un ejemplo muy curioso que fue un error fortuito: Corría el año 1962 y el entrenador del Barça era Kubala, en su primera etapa como entrenador. El Barça jugó una eliminatoria de la Copa del Generalísimo contra el Baskonia. Allí el Barça ganó 0-2, pero a Kubala le llamó la atención el portero vasco, y le dijo a la directiva del Barça que sería interesante ficharlo. La directiva le dijo que estudiarían el caso y que con mucho gusto se fijarían en él en el partido de vuelta. Ese partido el Barça lo ganó por 10 a 1. La directiva, viendo la goleada que le endosaron a ese jovencísimo portero, desestimaron el fichaje, mientras le dieron unos golpecitos en la espalda a Kubala: "menos mal que no te hemos hecho caso, vaya cagada, tio". Al final de la temporada, el Athletic de Bilbao fichó a ese portero. Su nombre: Jose Angel Iríbar.
El fútbol nos gusta y entretiene, nos apasiona, no hace enfurecer y disfrutar, nos hace enloquecer, a veces nos hace felices, vende periódicos y llena muchas horas de televisión, pero, las cosas claras, es una gran tomadura de pelo. Lo digo yo, que llevo el fútbol en la sangre y que cuando nací le dije a la comadrona: "¿Qué ha hecho el Barça?"
Sobre nuestro Txiqui B., mi opinión es muy clara: si el Barça fuera una empresa seria, gobernada con mano firme y coherente, al final de la pasada temporada, le hubieran puesto de patitas en la calle. Si se echó a Frank, Txiqui se tenía que haber ido con él. Me sobra.