Iniciado por
Simunet
Llego tarde, en parte por culpa del largo fin de semana y en parte porque ayer el foro no funcionaba. Va de ladrillo, aviso, pero como Travesura no entra por aquí...
Fue un partido extraordinario con un resultado extraordinario. Un partido que recordaremos durante mucho tiempo y del que se hablará durante décadas. Ha sido la guinda del pastel de esta brillante temporada del Barça de Guardiola, del mismo modo que el mítico 0-5 del 74 fue la guinda de esa extraordinaria temporada que fue la 73-74, la memorable liga de Cruyff. Todo hay que decirlo, el partido del sábado supera en muchos aspectos al del 17 de febrero de 1974,fundamentalmente, mejor juego, un gol más y un Madrid que opuso más resistencia que el del 74, la prueba está que se adelantaron en el marcador y Ramos marcó el 2-3, más meritorio, por tanto, pero el Barça fue un auténtico huracán, con muchos jugadores que jugaron a un altísimo nivel (el único que desentonó fue Abidal, que jugó mal, digámoslo claro, espero que contra el Chelsea no juegue) especialmente Piqué, extraordinario, e Iniesta, soberbio, inmenso. Un juego fresco, descarado, Guardiola no renunció a su estilo, y eso es exactamente lo que hay que hacer, en esto ha superado claramente a Cruyff como entrenador, ya que nunca jugó en el Bernabeu como lo hacía habitualmente y como resultado, sólo un triunfo, en el 94, por 0-1, gol de Amor, eso sí, cuando más lo necesitaba, ya que le iba la Liga. Y claro, comparar un 0-1 con un 2-6, pues como que no procede.
Sinceramente, yo pensaba que el resultado sería un empate, que ya nos iba bien, ya que la ventaja de 4 puntos se mantendría a falta de 4 jornadas para el final. Por supuesto, contemplaba la posibilidad de ganar, la derrota, de ninguna manera, pero pensaba que si se ganaba, sería por 0-1 o 1-2 o 1-3, pero esa goleada, ni en sueños, y los que hubieran podido entrar si el Madrid no tuviera al mejor portero de la historia de España y (ya lo dije en su día, y vuelvo a repetirlo) lo mejor que le ha pasado desde Di Stefano. Sin Casillas de portero, el resultado hubiera sido de escándalo, da vértido sólo de pensarlo. Un resultado que a mí, como a otros tantos culés repartidos por todo el orbe, me hizo, me ha hecho, inmensamente feliz. Y no sólo por haber ganado al Madrid, el eterno rival, que también, sino por lo que supone, porque supone el triunfo del fútbol por encima de todo, por encima de tácticas de fútbol rácano y que lo confía todo en Casillas y en Raul-Higuaín, porque supone enviar para siempre al rincón más lejano de la galaxia toda la basura que han engendrado el potentísimo aparato mediático de la capital del Reino, con sus Billaratos, sus canguelos, sus diarreas mentales, su juanitismo (entérense, señores periodistas, si es que se les puede llamar así, el juanitismo, contra un buen equipo, no sirve para nada), sus cagómetros, la escopeta del abuelo Cebolleta, sus Ronceros, sus Robertos Gomezes, sus Hernaezes, sus Relaños, sus Siros Lopeces, sus Antenas 3, sus Telecincos, sus Cuatros, sus Intereconomías, y tanta otra mierda que me dejo, al fin y al cabo, mi trabajo nada tiene que ver con el mundo de las basuras, por reciclar o no. La basura citada, irreciclable.
Y ahora, más que nunca, carpe diem. A disfrutar del momento. La liga ya es nuestra, lo que viene ahora es un puro trámite. La Copa, es factible, pero una final es una final y hay que salir a luchar y a pelear por la Copa. La Champions, muy difícil, en Londres lo pasaremos mal, será un partido durísimo, pero seguro que no le perderán la cara al partido. Si pasamos, genial, si ganamos la final, de fábula, si no pasamos a la final o no ganamos, no pasa nada, nada que objetar, este año seguirá siendo extraordinario, con Champions o sin ella.
Serrat le cantó a aquellas pequeñas cosas. Y después del partido ocurrió algo que me puso la piel de gallina, que me emocionó sobremanera: ver a Guardiola, en la rueda de prensa, con los ojos húmedos, vidriosos, con la voz ronca, acordándose de la felicidad de los culés de Catalunya y de todas partes por el resultado del partido, eso es algo impagable, porque indica el compromiso de este entrenador con su club de toda la vida y con su afición. Y es que hacía muchos años que no teníamos a un entrenador tan culé en el banquillo. Y otra pequeña cosa: el Barça acabó el partido con 8 canteranos, 6 de ellos, titulares. Algo inmenso, impensable hace pocos años. Y el gesto de Puyol al marcar el 1-2, extraordinario, uno de los grandes momentos de esta gran temporada.
Y mientras tanto, los hay que no aprenden: en Madrid, todos esperando ansiosos el regreso de alguien que los dejó plantados cuando las cosas se empezaron a poner feas, de alguien que quiso liquidar al filial y al equipo de baloncesto porque decía que no eran rentables, de alguien que fichó a un metrosexual para vender camisetas, de alguien que no trae consigo ningún proyecto deportivo, sólo fichar a grandes estrellas (CR7, Kaká, Xabi Alonso, Secs Fábregas, Villa, Silva...) que han nacido para jugar en el RM, eso sí, alguien bien vestido, impecablemente vestido, con traje, corbata, que no dice una palabra más alta que la otra, no claro, deja que otros hagan el trabajo sucio, cual Vito Corleone. Ahora dicen que se presenta el 14 de mayo, no hace mucho, decían que se presentaba hoy, en fin, no es mi problema, nosotros, a disfrutar de lo nuestro y con lo nuestro...con los nuestros. El batacazo, que se lo peguen otros.
Y todo ocurrió en un 2 de mayo, nada más y nada menos que un 2 de mayo...ni buscándolo adrede.
VISCA EL BARÇA I VISCA CATALUNYA!