Tema: Iris, atico duquesa

Voy derecho a duquesa.


Al encontrar el portal, me veo con que está cerrado y en el porterillo no se dá ninguna indicación del sitio.


– Pues si que la hemos hecho buena, ¿cual era la combinación para acceder?


Por suerte, alquien que estaba dentro hablando por teléfono decidió salir al instante, dejándome la oportunidad de subir y coger el ascensor.


Llego, toco el timbre y me abre la puerta una mujer madura y de baja estatura.


Me hace pasar al recibidor y me presenta las chicas.


La primera era Isis, jovencita de 1,70 de altura, que derrochaba simpatía por donde pasaba.


Al volver a la habitación de las chicas, gritó “Es joven! Los 500 euros son para ti!” y luego llegó otra chica, que parecíase ser distinta a las dos que hablaban, puesto que se acercaba y no era aquella voz.


La Segunda, Shana, otra morena que... no la veía muy animada... creo que no estaba por la labor.


Y por último, Alicia... Su rostro de “como me elijas te parto la crisma” me dejó muy claro quien iva a ser la elegida.


Llegó la encargada y me dijo que esas tres chicas eran las que estaban disponibles.


Maniobré como pude para conseguir un descuento, pero la verdad es que no cedía, hasta que le dije “¿no hay algún descuento para foreros?”

• No... no sé... yo es que soy nueva y eso no lo conozco... no sé...

Me quedé mirándola unos instantes.

• Si quieres... puedo ir y preguntar a las chicas.... –hizo gestos de querer volver a donde las niñas.
• Claro..

Desapareció tras la puerta...y yo, con buen oido, escuché:

• vosotras sabéis algo de un descuento para obreros?
• Para obreros? –dijo Iris. Se escuchan risas.
• Para foreros... un descuento que dice que hay en internet.
• Un forero... –sigue hablando Iris– voy a conectarme a ver... […] aquí dice que hay quince minutos cuando se entra para media hora... pero, no de cuantos polvos ni de la suites...
• Entonces qué le digo?
• Po' tu dile...didle que se le dá 15 minutos... media hora y 15 minutos, pero que sólo un polvo...

A lo que pensé. “A ti te voy a dar lo tuyo cuando te coja....”

• Pero ahí no lo pone... –dijo otra voz, creo que era Alicia.
• Sshhhhh!!!! hablad más bajo que se va a enterar.... –Dijo la mami.

Aquí ya me rei de carcajadas en silencio... lo que me pasa a mi no le pasa a nadie joder.

• Tú didle que la oferta incluye los 15 minutos extras, pero sólo un polvo, y en habitación normal, sólo uno, y que si quiere la suite, que la page... –dijo Iris, con ése arie “lolailo” mu' suyo.

Oigo de llegar unos pasos y me comenta la situación.

• Bueno, hay una oferta para foreros, que son 15 minutos extras independientemente de la habitación que elijas, eso para las tarifas de media hora... para las de una hora, son 30 minutos extras.
• Está bien... pero, si te digo la verdad, vengo buscando a una chica en concreto.

Le detallé las características de la chica que buscaba.

• No... lo siento, por aquí sólo han pasado chicas como las que has visto... antes de yo llegar no sé...
• De acuerdo.... –miré a un punto indeterminado– si te digo la verdad, no conozco a ninguna de las chicas, ni nadie que conozco me han hablado de ellas. Pero en fin, vamos a probar... Iris, habitación normal. Te doy el dinero?
• Como prefieras.

Le tendí los 50 lereles

• Muy bien, espera un segundito.

Vuelve a desaparecer tras la puerta, dejándome solo.


– Iris –dijo la mami– habitación normal.


Después escuché una retaila de frases en portugués o en otro idioma que no conseguí traducir.
Lo que sí escuché fue la voz de Iris diciendo “Hasta luego chicasssss” y taconazos bien marcados.


– Con recochineo...– dije en voz baja– Se pican entre ellas.


Está visto que Iris le gana terreno a las demás.
Y Dinero, mucho dinero... para hacer una apuesta de 500 ya hay que tener pasta...

• Mami!! –dijo la voz de Iris en el pasillo de detrás de la puerta– A donde está?!! Dentro?!
• En la salita!
• Valeee!!

Unos cuantos pasos más y se presenta asomándose tras la puerta.


– Vienes....? –dijo con tono inocente.


La seguí... o mejor dicho, mi entrepierna tiró de mi cuerpo pa' lante y la siguió tras de ella.
Menudo culito más bonito tiene, en serio.


Llegamos a la habitación y nada, lo de siempre. Charlita amena, yo me lavo, ella se lava y pa' la cama.


Empieza con masajitos, luego la mama y después se monta encima.


No cabalga. Lo que hace es acoplar su cuerpo al tuyo, tapandote la cara con los pelos (que huelen a tabaco) su pecho, apoyado contra el tuyo, lo usa como punto de apoyo. Es decir, descarga el peso de su cuerpo sobre ti y deja que sus caderas se muevan libremente de arriva a abajo con ritmos muy acelerados.


Luego de estar un rato tocándola, acariciándola y siendo follado por ella, decidi que ya era hora de follar.


No me lo pensé dos veces. Voy a toda ostia con ella.

• ¿como me pongo? –dijo ella, obedeciendo órdenes.

• Túmbate, yo me pondré a los pies de la cama

• vale, pero... no me levantes las piernas.

Me quedé con cara de póker. Luego hice una mueca de incrédulo.

• ¿Por qué? – dije, pensando en que me tomaba el pelo.
• Es por que después me duelen los ovarios después de tenerlas levantadas mucho tiempo.
• …. –me quedé blanco– me lo dices en serio?
• Si... te lo digo por eso...
• Está bien, está bien...– no terminaba de creerla– es la primera vez que me dicen tal cosa... pero bueno, tampoco es para tanto... sólo abrázame con las piernas... –las coloqué de manera que permanecieran entrelazadas– o déjalas caer al suelo. –las dejó caer– Mejor?.
• Si...
  Total, que le acaricié el coño con la punta del nabo y luego empecé a metérsela.

Pasaron los minutos, hasta que noté que iva a lanzar la lefa.

• Espera, espera, ponte de perrito....

Se movió rápido, pero al instante de yo intentar metérsela a cuatro patas, ella se recostó y se tumbó.
Quería que la penetrara estando medio dormida.
“muy bien, tú lo has querido”


Me monté encima de ella, le mordí el cuello sutilmente, le coloqué la verga en sus glúteos, y con la mano derecha, fui dandole caricias...masajes... y penetraciones de varios ritmos.
Empezó a gemir de gusto.


Yo ya veía que me estaba poniendo más tieso que un palo fregona, y le dije de cambiar de postura. De nuevo, a estar acostada sobre la cama.


Giró la cabeza a un lado y empezó a gemir con las penetraciones., le toqué las tetas, el cuerpo, el clítoris.... hasta que lo descarqué todo dentro.


Lástima de no haber conseguido oir el orgasmo de ella.


Me retiré de ella suavemente y vi el condón más cargado de lo normal.


– Jooooder... qué barbaridad por diox....


Ella miraba sentada como me quitaba el preservativo con cuidado.


– Gracias.... –dijo ella.


Ahora... no sé por qué coño dijo ése “gracias”, no hice nada especial con ella. Es más, debí de decirlo yo, por haber disfrutado de ella, y de su sexo.
En fin, no entendí el motivo de ése gracias y desvié la atención.

• ¿A donde tiro esto? –le enseño el condón con toda la pringue dentro, moviendose de un lado a otro.
• En el baño... –me hace gesto de ir hacia allí– … hay una papelera.

Voy para allá y le sigo la conversación.

• ¿La papelera... a donde? ¡Si no hay!... –y yo mientras tanto, lo estaba tirando en ella.
• Que si! Hay uno al lado del water...
• AH! ya... ya... ya lo veo. Pos ala, listo. Ya que estoy aquí, me la lavo y me quito el latex del condón.

Luego de salir yo del baño, entra ella, y se lava.


Tenemos una conversación amena y luego vuelvo a entrar yo. Parte de la ropa la tenía por allí, en un rincón.

• Pues yo mientras me voy vistiendo. Que he dejado la ropa esparcida por todos sitios... – me meto en el baño.
• Vale... yo mientras me voy fumando un cigarrillo fuera, te molesta?
• Para nada... yo tengo aquí un buen rato peleandome con la ropa.

Mentira, no tardé ni un segundo. Lo suficiente como para esperar a que ella se marchara y volver a la habitación.


Qué hostil era aquello sin una chica que le diera algún sentido.
De sus cosas poco había. Sólo el lubricante, y la ropa de vestir... los vaqueros, la camiseta blanca y los tacones.
Pero algo si había, la cerveza medio llena... y que era gratis.
Me la zampé y rebusqué el tabaco en la bolsa de deporte.
Me dio tiempo a cogerlo... y al instante, se abrió la puerta para dejar entrar a Iris con su pitillo en la mano. Vestía con un sujetador decorado en negro y unas braguitas decoradas en blanco

• ¡wau! – espeté al instante nada más verla. Estaba realmente sexy y desprendía un aura de lo más sensual que me dejó sin palabras.
• Ya estás listo? – me dijo, dándole una calada al pitillo
• Si.... –me fijé en el cigarro– malboro?
• No... chesterfield –dijo ella sin perder ni un poco de sensualidad
• Pos toma, una propina... – le entregué el paquetillo de chester.

Se le iluminó la cara.

• Gracias! – dijo ella, con una buena sonrisa.

Antes de que reaccionara, le hice gesto de señalarle la puerta, y querer salir fuera.
Ella respondió y me invitó a salir.


Un par de besos en las mejillas dados con muchas ganas y pa' fuera.