Aunque la señorita en cuestión reside en Barcelona, el tropezón tuvo lugar en otro sitio.
Un lunes de principios de septiembre, a media tarde, calor sofocante en una cierta ciudad mediterránea. De pronto por la puerte de llegadas del aeropuerto aparece una chica joven, estilizada, vestida como una ejecutiva neoyorquina, buenos zapatos de tacón, falda negra ceñida, camisa blanca con un botón superior desabrochado de forma informal, y una mirada de ojos miopes que por coquetería se resisten a usar gafas o lentillas, arrastrando una trolley.....
Una pequeña broma.....una sonrisa tímida.....un beso casto de saludo....
como estás? me alegro de verte.......
Ese calor húmedo sofocante que los de interior no estamos acostumbrados a sufrir. Paseo al hotel...
Una vez allí....mmmm.....una ducha?.... Si por favor.....
Con duchas así viviría en el cuarto de baño....Y como tras el agua fresca....se tienen otras sensaciones.....y la king size llamaba y pedía, casí suplicaba que le revolvieran las sábanas y que las almohadas volaran y rodaran por el suelo...no pudimos dejar de atender la súplica que nos hacía. Asi que a ello....y entre besos.....caricias y jadeos.....
entregados, al menos yo a un pasíón irracional, cumplimos los deseos de la buena de la cama.
Tras otro paso, más ligero esta vez, por la ducha, y ya vestido, mi partenaire tuvo a bien enfundar su anatomía en un delicioso vestido negro de ligero algodón con topitos blancos,falda plisada y escote palabra de honor que realzaba sus preciosos hombros.
Con sinceridad, la visión hubiera requerido que le pidiera estár tal estatua durante horas para mi contemplación y deleite, pero la prometida visita a la ciudad nos esperaba y yo que soy cumplidor atendí a la promesa.
Tras un paseo en coche visitando los sitios más recomendables, y ya casi a la hora de atender los requerimentos y peticiones de nuestros estómagos, decidimos, más bien sugerí, dar un paseo por la zona peatonal, charlar, y dar con el sitio adecuado para saciar el hambre.
En este punto, maravilloso por demás, tuve una sensación nueva; el que suscribe y cuenta de natural discreto y reservado, tuvo la sensación de ser en ese momento concreto el hombre más envidiado del mundo. En una zona peatonal, con turistas, ejecutivos de regreso de sus trabajos, familias con los niños disfrutando de las últimas luces del día, todos, absolutamente todos, sin distinción de edad, sexo, o raza, contemplaban a mi acompañante que espectacular deslizaba como sin querer su persona contemplando el entorno; y no, no, no eran miradas libidinosas, sino más bien de agrado; Dios, que placer y al tiempo que verguenza; uno tan poca cosa al lado de una chica preciosa, encantadora y perefectamente vestida.
Por fin la cena, con una sonrisa del camarero, sonrisa atenta y complacida. Entrantes y frutos del mar para ella y para mi, disfrutados en un ambiente cordial, simple, agradable y con un punto de complicidad, donde, y es una impresión, se quedarón preguntas, reflexiones y curiosidades de ambos en la punta de nuestras lenguas.
De regreso al hotel una luna en maravilloso cuarto creciente iluminaba tenuemente un límpido cielo azul oscuro. Un beso, una caricia, una sonrisa complice; una copa en el bar del hotel con un ambiente invernal, gélido, casi polar por la decoración.
Un paseo en ascensor, besos, más caricias, y ya en la habitación, las ropas caidas, desatado el instinto animal.
Satisfecho el institnto el televisor nos enajenó, supongo que por el cansancio de los viajes y el relax sexual, y los párpados cayeron con una media sonrisa entre inocente, complacida y pícara.
El despertador sonó pronto, demasiado pronto, y al ver a mi acompañante dormida, arropada, el pelo revuelto y la candidez y placidez de su expresión, sólo un beso de despedida en la frente y a afrotnar la dura realidad.
El hombre más feliz del mundo en ese momento.
Mi partenaire es amiga de todos, y mia tambien por supuesto, la buena de Carla.
PD 1. Omito detalles escabrosos por cierto pudor.
PD 2. El que Carla sea amiga mía no quita que lo relatado sea cierto.
PD 3. Me temo que, si ella me deja, nos volveremos a ver.
Saludos.