Después de 400 km. Pedaleando 10 horas diarias, llegamos a Santiago con el cuerpo magullado. Despúes de una opípara cena, mi compañero y yo decidimos que bien nos mereciamos un masage con final feliz. Después de interrogar a varios camareros y ante la falta de información, decidimos recurrir al de siempre, al taxista. Ante nuestra incredulidad nos comento que no existía ningun lupanar en la ciudad y que el conocía dos y que estaban a las afueras, como a 10 minutos, en la carretera de Lugo. Se comprometio a llevarnos y si no nos gustaba, que no nos cobraba solo una de las dos carreras. Mi amigo y yo aceptamos con la mosca detras de la oreja, efectivamte salimos de Santiago, y casi cerca de Lugo paramos en un lupanar digno de una pelicula de Tarantino. Nos bajamos del taxi, le paga mi amigo !grave error!, le decimos que espere por si acaso, entramos y nos quedamos alucionados de lo que contemplamos. !Menudo antro!, el nivel a primera vista dejaba mucho que desear, pero lo que más nos llamó la atención eran las camareras, cada una de ellas pesaba más de 100 kgs. Decidimos salir y sorpresa, el taxi se había ido. Ante tal panorama, 2 de la madrugada y nada civilizado a los alrededores decidimos jugarnosla y entrar.
Pedimos las copas de rigor y pronto se me acerco una preciosa brasileña llamada Alicia, morena, pequeñita, con un cuerpo delicioso, larga melena azabache y una preciosa sonrisa. Me quede prendado de ella, le dije lo que quería; un largo masage con final féliz y acordamos el precio 100 euros por una hora. Yo estaba contento pero no mi amigo, Alicia era un bombon, no así el resto de chicas, el nivel era muy pero que muy bajo. Le comentamos a Alicia el problema y se dispuso a ayudarnos, desaparecio y al poco volvio con una linda colombiana llamada Lidia. A mi amigo le cambio la cara, por lo que decidimos pagar y darnos el merecido homenaje. Pago mi amigo, con tarjeta y entonces fue cuando alucinamos, !!!nos cobrarón 50 euros adicionales por pagar con tarjeta!!! cvu. Increible pero cierto, quisimos anular la operación, no nos lo permitieron, protestamos, alzamos la voz, pero al ver que la cosa se complicaba, decidimos tranquilizarnos y por lo menos disfrutar de ambos bellezones.
Pasamos a una habitación oscura, donde la falta de higiene se intuia. Alicia me fue desnudando suavemente, me señalo un bide y me indico que me sentara en él que me iba a lavar. Yo le dije que prefería ducharme, pero ella insistio "son ordenes de la dirección que prefiere que nos lavemos en el bide"
El resto, estubo bien, yo no estaba para mucho trotes, lo importante es que salimos vivos.