Historia de un Romance 2ª parte.
Hacía 8 meses que habíamos quedado. Mis recuerdos sobre nuestro encuentro siempre eran muy gratos. No tengo por costumbre llamar a las profesionales, y lo hago más para no molestarlas en su vida privada que por falta de ganas. Se que hay clientes que periódicamente hablan con ellas por teléfono, pero siempre me ha parecido que yo no debía hacerlo. Así que salvo un sms por navidad, y algún cruce de posts en algún foro, yo no sabía nada de ella. Pero el trabajo me volvía a enviar a Valencia. Así que le mande un correo comunicando mi viaje, y preguntándole si quería volver a verme. Su respuesta me hizo estremecer.
"Creí que no me lo ibas a pedir nunca".
Me ilusione rápidamente con aquel nuevo encuentro, lo preparamos meditamos y nos ilusionamos con ella. Salvando la tanda de reproches por haberla tenido olvidada durante tanto tiempo.
Tampoco esta vez pondré plantilla, ya que no es una chica de tarifa cotidiana, sino que es una especialista en montar encuentros románticos esporádicos.
Llego el día:
Yo estaba en la bañera del hotel cuando llamaron a la puerta “Servicio de habitaciones”, salí envuelto con la toalla del bidet, y abrí la puerta. Mmmmmmhhhh me encanta el vicio de habitaciones.
Esta vez de fondo puse la novena sinfonía. Me pareció mas solemne y maiestatico.
Con esta fantasía en que la realidad y la ficción confunden nuestra imaginación, preparamos nuestro encuentro, primero hablamos y hablamos y una vez más vi que ella habría sido la mujer de mi vida de habernos conocido antes, porque ambos hubiésemos entregado lo mejor de nosotros en lo que a ojos de los demás pudiera ser un sacrificio.
Sentados en la cama hablando nos íbamos entrelazando, acariciando y besando hasta que ella me pidió una tregua. Fue al baño y apareció con ropa interior y unas botas de calza larga. Y unas calzas de tiro corto . PFFFFFUI yo deje de hablar para pasar a titubear, Y seguimos el juego de abrazos y caricias cada vez menos pudorosas. De repente me dijo “Que te hace Thais que no haga yo”, respondí “pues no lo se solo se que su francés me deja inmovilizado de placer, y por muy buena nota que te ponga ella siempre será mi referencia”.
“Pues a mi me dieron el Oscar de la Academia a la mejor lengua de habla no inglesa” dijo. A lo que respondí “Lo siento el francés es una cosa subjetiva, pero no puedo darte la misma nota que a ella. Si supiese como lo hace lo comentaría para que me lo hiciesen siempre”. Tras esta mancha en mi expediente ella continuo con su excelente francés mientra yo la amaba.
Y seguimos amándonos durante mucho rato. Hasta que llego la hora de ir a cenar, dejamos el match 2 a 1 y salimos por distinto lugar para no escandalizar al botones.
Una vez en la calle y cenando seguimos hablando y hablando.
Hace cierto tiempo que yo digo que si mi destino cambiara yo no volvería a emparejarme nunca, ya que existiendo el sexo de pago yo no me volvería a complicar la vida. Pues esta mujer es la única que hace tambalear mi declaración de principios. Creo que podría ser feliz a su lado. Y ahí reside su gran profesionalidad, a su lado me siento querido, amado, admirado, guapo, elegante, con clase eso sí algo despistadillo.
Tras la cena nos despedimos con la misma frase de la otra vez.
“Te das cuenta que todavía no hemos follado”.
Esta vez prometo no tenerla abandonada y contactar con ella con cierta periodicidad.