Tema: Hola a todos Presentación y tema a debate

Ante todo, bienvenido, Jocogonzalez.

Tu pregunta me ha provocado una visión. Casi alucinante. Sin ayuda de champiñones ni orujo.

Te cuento.

Yo estaba gozando de la compañía de una escort, ya conocida, muy frecuentada, que, coincidiendo con los cambios legislativos que apuntabas, me había ofrecido un servicio sorpresa. Mis ojos estaban velados por una suave seda completamente opaca mientras que, tumbado boca arriba, me disponía a disfrutar de los placeres de la recepción del sexo oral. Pronto me di cuenta que no era una, sino dos, las bocas que me proporcionaban placer al unísono. No una, sino dos, las lenguas que recorrían lo más sagrado de mi, o sea mi pene. No dos, sino cuatro, las manos que me acariciaban.... y entre espasmo y gemido, exploté arrancándome la venda de los ojos.

Y entonces lo vi.

Junto a mi adorada escort, un rostro familiar recibía mi simiente en sus labios y mejillas.

Era.... Cristobal Montoro (o se le parecía, no puedo concretar porque perdí el conocimiento en aquel momento).

Al salir, una vez reanimado por un equipo sanitario dedicado a estos menesteres, mi Morenaza me dio toda suerte de explicaciones. De una lógica aplastante. En su caso, una escort de alto nivel, sus ingresos generaban tipos impositivos altísimos que consumían más del 50% de lo que los clientes abonábamos. Por eso, participaba con igual actividad en el acto un alto representante del Ministerio. Y cómo los impuestos se llevaban mucho más de la mitad, la "cum in face" la recibía íntegramente el.... llamémosle Cris...

Y ahí termina mi visión. Bueno, no, termina bajando las escaleras con la factura del servicio en el bolsillo "Prestación de servicio de felación por dos profesionales. Incluye consumibles higiénicos, agua, uso caldera comunitaria". Exento de tasa turística. ... Y después de cumplimentar una encuesta del CIS inteeresado en conocer el nivel de satisfacción obtenido en el servicio (creo que forma parte de la información que barajan para lo de la Marca España)

Y ahora, después de la visión, una reflexión un poco más seria.

Yo creo que, en un estado con las macrocifras al borde del abismo. Con millones de familias sin siquiera subsidio. Con otros millones literalmente acongojados (si, con los congojos por corbata) ante el futuro. Sin ahorros. Con deudas... Con los Derechos Fundamentales en juicio de valor. Con los servicios públicos en desplome... quien tiene la suerte de ganar tanto, tantísimo dinero cómo una escort que trabaja bien, lo primero, y además tiene suerte, insisto, debería navegar en mayor discrección, más aún que cuando atábamos los perros con longanizas diseñadas en el Bulli. Que es fácil prever que masas desesperadas, y sedientas de a quien linchar, puedan reaccionar ante colectivos que ganan en un día lo que muchos, millones, obtienen en uno o dos meses de trabajo. Y si no lo ganan, que muchas sí, puede parecerlo. Y si las masas se enfurecen no media tiempo para demostrar lo que además es indemostrable.

Así que recomiendo que todo sigamos siendo discretos, los que gastamos, aún que lo ganemos y justificadamente. Las que lo cobran, aunque lo hagan honestamente, que así es en la mayoría de casos. Mucha discrección. Poca palestra. Nada de escenario (a no ser que pretendas vivir de eso, del escenario, y aceptes el riesgo). Vendrán tiempos mejores, aunque probablemente no lo veamos nosotros.

Porque esto va para largo.