No era mi intención; simplemente admiro tus proezas. Nada más.
Yo sigo jugando en el patio, disfrutando con las niñas, muuuucho más mayores que yo. A veces me junto con dos, cuestión de compensar un poco.
Por cierto, ese avatar de los ojos sangrientos... Inquietante, no sé si tranquiliza a las señoritas que no te conocen (o peor aún a las que ya te conocen).