Fíate del pirata, que es el único que se come los plátanos sin pelar (es que es mú masho y mú varonil).
Pirata, te agradecería que no difundieras imágenes de este viaje tan romántico que tuve el placer de compartir contigo y en el que supiste refrenar tus bajos instintos y portarte como un caballero. No dejes que el despecho te guíe: bien sabes que no eras mi tipo y que yo no tenía la madurez para formar una familia contigo.
Emma, bonita, si hay que clavarte un clavo o arreglarte un enchufe, cuenta conmigo.