En ese caso, si me permitís, Luke e Ícaro, la Ginebra la pongo yo; y entre la tónica y el destilado, flotando entre hielos, podríamos dejar unas fresitas cortaditas con cariño y delicadeza. Maquillan la amargura, aumentan el colorido y dan mucho juego.
No cabe duda que es una invitación absolutamente abierta a todo el mundo, con Emma y Julia de huéspedes de honor.
T.