Iniciado por
icaro69
Las promesas, siempre se acaban convirtiendo en tormentas.
Imperfectas, imperecederas, inacabables... inabordables.
A la segunda, me prometí no volver a prometer jamás.
No creo en lo que los labios mentan, sino en lo que callan, besan, lazan y comparten.
Creo en silencio, en los silencios.
Hablando, se despistan las nubes....las corrientes, la inercia, las tormentas... las malditas promesas.
Jamás olvidaré, aquellos mejillones a la Ivet.
Y te juro, porque jurar es prometer lo sentido, que siempre que regábamos las macetas, recordaba de aquel primer encuentro....lo último que leí antes de conocerla.... el aceitito. El relameo, el hervor, el macerar.... que me impregno tu guiño.
Odio las despedidas.
Uno no se sabe, ni puede separarse, ni olvidarse de lo que la mente no logra desvanecer aunque las palabras se digan adiós.....y seguro que algún día....o alguna perra noche....
....soñando, despertarás.... acá, allá o donde los sueños, los malditos querubines del azar nos regalan o atormentan.....
Volando, danzando, caminando...... siempre serán parte del rincón de lo que queda de esta esquinita.
Y no hablo de una cama. Ni de una calle, ni de la vida.
Chascarreo sobre un camastro de esparto y un somier desde donde los clavos se van enfriando.
Que sigas, creando.
Creyendo.