Iniciado por
larra
Resulta obvio para todos los que la conocéis que para un novato del foro como yo esperar a tener prudentemente 25 participaciones para relatar una experiencia con el único cielo donde arde fuego eterno resulta una tarea incómoda y aunque comprensible exhasperante. De modo que, sin violar las reglas de la sacra administración del foro, intentaré resumir brevemente mi experiencia con evelyn de modo sucinto, gráfico y discreto en agradecimiento por haberme recibido y el trato que me dispensó.
Merecidas son su fama y el cariño de sus admiradores. Descubrí con ella mi plato favorito, me percaté con deleite que es una persona políglota con niveles de excelencia que no dan lugar a la exigencia. Las caricias, el agua de la ducha o la mera experiencia de recostarse a su lado o manejar su cuerpo entre tus brazos toman dimensiones que anclan en la memoria y los sentidos de forma indeleble su cara, su gesto , su olor asociados a cualquier deseo, del más casto al más perturbado. Pero señores, al final de la cita y de forma insospechada, creo que para ambos, obtuve quizás el regalo más singular de todos. Para gozo de los sentidos basta con mirarla, a distancia, con calma, consumiendo el tiempo en cada recodo de su figura, y en la timidez que mostraba al saberse admirada. Pero si bien a esta muchacha la desnudez le sienta como los pinceles a Buonarrotti, poder verla vestida de calle, bella y sugerente, discretamente atractiva, humildemente soberbia, fue un regalo singularmente delicado y especialmente agradecido tras haber disfrutado juntos de la intimidad, y haber charlado intentando asomarme vagamenfe tras la cortina del oficio; descubrí a la chica que camina por la calle sin lencería extrema, sin ropajes de vértigo, la persona anónima con la que instantes antes había compartido so capa de evelyn una experiencia,que prometo relatar conforme los cánones, fogosa, dulce y sobretodo, perenne. Gracias evelyn.