No puedo estar más de acuerdo con Silvia.
Efectivamente vosotros nos contratáis, en definitiva para una cosa, que implica muchas otras.
Cada persona es/somos distintas, cada una espera algo personal e intransferible, porque como es lógico, cada uno es de una manera distinta.
Y si bien, el fin es el mismo, los medios para llegar a él, son infinitos.
Es trabajo de la escort, reconocer en unos pocos minutos, qué esperáis de cada una de nosotras.
Hay quien lo pone muy fácil, bien por su lenguaje corporal, bien con una perorata bien definida, bien con frases escuetas, cortas y clarificadoras. O...esperan que seas tú, quien pobre mortal, adivines qué desea en cada momento esa persona, sin hablar, sin ningún gesto, ni expresión por su parte...no creáis que es sencillo. De ningún modo.
Y, aún así, es nuestra labor intentar que cada uno de nuestros compañeros de juego, salga feliz, contento, con una sonrisa, y con la sensación de que, la fantasía, cualesquiera que sea, se llevó a cabo con espontaneidad, frescura y alegría.
A fin de cuentas, el sexo es una actividad festiva...erótico-festiva, y como tal debes hacer que el barco llegue a buen puerto, con marejadilla o en el mejor de los casos...marejada.
Petonetsssss