Aunque suena a tópica las dos primeras partes del Padrino. Són de estas peliculas que cada vez que las miras siempre encuentras algo que las otras veces no te habías fijado.
Yo cuando me acuerdo de Marlon Brando sentado en su despacho, acariciando el gato y la luz del sol entrando por las persianas se me pone la piel de gallina.