A mi es que como persona me encanta. Y estoy totalmente de acuerdo con lo que he resaltado en negrilla. Para mi es una referencia.
Risto Mejide muestra dos caras. La polémica forma parte de la marca que se ha creado él mismo como producto haciendo de jurado en el programa de televisión Operación Triunfo. Según él, lo único que intenta aportar al formato es una dosis de realismo que no existe fuera de la academia. Quizá sí, pero la forma de hacerlo es propia de un concurso a la deriva que necesita de otros reclamos, más allá de los musicales, para mantenerse en un primer plano de la actualidad televisiva. La segunda cara es la de un publicista experimentado con grandes conocimientos sobre el sector y con un sentido crítico y un manejo exquisito del lenguaje que saca ahora a relucir en su libro El pensamiento negativo (Espasa). Y es que entre gala y gala, Risto Mejide todavía tiene tiempo para su empresa Aftershare.tv, realizar conferencias, hacer de profesor de la Escuela Superior de Diseño Elisava o volcarse en proyectos humanitarios o de igualdad de género como capullos.org. Pero, ¿cómo es Risto Mejide de verdad? Treinta minutos de entrevista no dan para tanto, pero siempre nos quedará seguir su fantástico consejo de "acierta mal y pensarás".
-Me gustaría saber, ya que le gustan tanto los juegos de palabras y las siglas, que RMP tengo hoy delante. ¿El Risto Mejide Persona o el Risto Mejide Producto?
-¿Cuál es la diferencia?
-Eso le pregunto yo, ¿existe?…
-Creo que todas las personas nos vendemos de alguna forma. Tu te estás vendiendo continuamente a tus jefes, por ejemplo. En el momento en que hay una venta hay un producto. Las personas se venden para determinados fines y no siempre que te vendes hay una transacción económica, esa es la diferencia. La única diferencia es lo que se está transfiriendo de un lado a otro, pero incluso cuando enamoras a alguien te estás vendiendo.-De acuerdo, cambiemos la P de producto por la de personaje televisivo. ¿Le parece mejor así?
- Ahí ya me molesta más. Un personaje implicaría que yo tuviera algo de falsedad, y no es así. Trabajo productos y los productos son cristalizaciones de una intención de una marca. Para mi es exactamente lo mismo. Mi papel en Operación Triunfo, si es que podemos hablar de papel, porque desempeño el rol de jurado, es una cristalización de una parte de mí. Todo lo que yo soy no interesa a nadie, lo que interesa es esa parte de mí en la cual hago las valoraciones. Y eso bebe de una autenticidad suprema. Piensa que la cámara detecta rápidamente las cosas que son mentidas. La cultura de los programas del corazón nos ha puesto en alerta de muchos montajes falsos y la gente la falsedad no la soporta. Si algo ha enganchado a la gente con mi rol en O.T es precisamente la credibilidad que tengo por decir lo que pienso.
-Antes borde que hipócrita, que pregona en uno de los capítulos de su libro. ¿Es esa su filosofía ante la vida?
Absolutamente. El ser borde o no corresponde a un contexto social. Tu puedes estar con tu pareja en la cama y llamarla puta y eso seguramente no transgrede nada. Ahora, si estás en una cena con el embajador y llamas puta a alguien, pues como que no. Cuanto más te aproximas a la verdad más riesgos tienes de que la gente se escandalice y a mí el escándalo, de depende de que personas, no me parece mal.-¿En qué momento empieza el pensamiento negativo a formar parte de su vida?
-Creo que es una manera de ver el mundo. A base de fracasar mucho uno le empieza a coger el gustillo al fracaso. De hecho, fracasar, fracasamos todos, es una constante en nuestra vida, el éxito es la excepción que confirma el fracaso. Para mí el éxito es contar diez fracasos como mínimo. La diferencia entre las personas no está tanto entre quien fracasa más o quien fracasa menos sino en cómo te tomas el fracaso. La diferencia entre un fracasado y alguien que fracasa es saber asimilar el fracaso y verlo como algo normal, incluso bueno para la vida. Mira las relaciones sentimentales, por ejemplo. Todas en tu vida han sido fracasos, salvo la última, que está por ver. -Leyendo su libro Risto tenga la sensación de que le han jodido mucho a lo largo de su vida…
-Como a cualquier persona, lo único que yo lo pongo en el papel, y esa es la valentía de este libro. He querido empezarlo hablando de mis fracasos unos detrás de otros, y tener la valentía de poner lo negro sobre blanco, algo que mucha gente no hace, al contrario, suelen poner la mierda bajo su alfombra. En este libro quería ser igual de honesto que soy en O.T. Para empezar a ser honesto lo primero que tienes que hacer es reconocer tus fracasos, porque sino no eres creíble.
-Y tiene usted planteamientos interesantes pero si me lo permite le seré honesto y le diré que también son muchos los capítulos que me sobran, especialmente los que hablan de usted. ¿Es consciente que si no fuera un personaje público estos capítulos personales no interesarían absolutamente a nadie?
-Fíjate, el interés depende del lector, no tanto del escritor. A mi me han dicho lo mismo, pero al revés, que las listas con cosas personales son lo mejor del libro. Como es un libro muy heterogéneo y está hecho a posta, un capítulo no tiene nada que ver con el otro, y esa es mi intención. Bebe mucho de la cultura del zaping porque yo leo zapeando. Pero tengo clara una cosa, si no hubiera aparecido en O.T este libro no se hubiera publicado jamás. Soy consciente. Ahora bien, lo que no soy es idiota y quiero que a raíz de O.T la gente sepa como escribo y pueda llegar a tener un público definido.
-¿Escribe mejor que habla, o habla mejor que escribe?
-Creo que las dos cosas van muy ligadas. Cuando hago las galas de O.T escribo muchas cosas durante la misma gala.
-Por su actitud a veces parece que haga sudokus…
-No, no, sería una falta de respeto. Si he aceptado este trabajo es para tomármelo en serio. El día que no sea serio me quedo en mi casa. Sería una falta de respeto a los chavales que están ahí cantando. Estoy con los cascos escuchando si afinan o no, viendo su actitud escénica, repasando los vídeos de toda la semana…Y luego tienes que elaborar un discurso más o menos coherente y con tres o cuatro titulares para que les quede claro a los chicos. Esto es un trabajo y así me lo tomo.
-Frases como "poner un tema de Nirvana en O.T es como una orgía de Teletubbies", por destacar una, ¿salen exclusivamente de su cabeza, no son impuestas por nadie?
- Eso ha quedado más que demostrado porque incluso hay cosas que sientan mal dentro de la organización. Lo que pasa es que al final todo es un círculo vicioso, ahora mismo nos necesitamos mutuamente, si tengo que seguir dando titulares tengo que estar dentro del programa y que yo esté en él repercute positivamente en el programa.
-Hasta el punto que se duplica la cuota de pantalla en el momento de sus intervenciones. ¿Cómo ha pasado de ser un hombre tan odiado, como lo era el año pasado, a convertirse en el verdadero reclamo del formato actual y con el apoyo del mismo público que antes le abucheaba?
-Es normal que entrando como entré el año pasado, un poco a saco, la primera reacción sea de rechazo. Es un tema de expectativas porque se esperaba una determinada cosa de este concurso después de tantas ediciones. El año pasado puse sobre la mesa una modesta aportación de realismo. Es decir, mientras que dentro todo el mundo es fantástico y vive en Los mundos de Yupi, fuera hay una auténtica carnicería. Este año se ha confirmado esa sensación, la audiencia no es idiota y a eso le da la razón. No creo que sea el malo de la película, simplemente soy como un free lance, alguien que viene de fuera y puede permitirse el lujo de decir lo que piensa Y eso es un valor muy bueno para el programa y hay que alabar que la productora me deje hacer eso. El programa también tiene una obligación moral de educar bien a los chavales para afrontar una industria discográfica que se está desmoronando.
-A veces transmite la sensación de que nada le gusta, no me diga que no Risto…
-No, no es así. Pero te digo algo, cuando algo no te gusta, la mejor forma de cambiarlo es desde dentro. Pero eso en última instancia corresponde a los directores de la productora.
-Hay un capítulo de su libro que habla de la mentira. ¿Las siglas de O.T de este año corresponden a Operación Timo?
-¿Por qué?
-Porque ya no nos venden un producto musical sino un reality camuflado con un formato de música. ¿Realmente quiere que me crea que usted se pelea con Jesús Vázquez de verdad o que hay concursantes que desafinan hasta cuando hablan y que los vota la audiencia para que sigan dentro?
- Bueno, el tema de los concursantes lo he dicho en las galas. Timo sería que estuviéramos ahí diciéndoles que todo lo hacen bien y que son los mejores. El realismo que hay este año en O.T no ha existido en otras ediciones. Timo sería engañar a la audiencia. Este año lo que ocurre es que los buenos son mucho mejores que el año pasado y los malos, mucho peores. Los malos lo que hacen es cargar las tintas hacia un lado gran hermanesco porque son conscientes de que si no llaman la atención se van a ir. Pero eso lo hacen ellos, no nosotros. Y el pique con Jesús Vázquez fue de verdad porque consideraba que se había extralimitado en sus funciones. Pero lo hemos arreglado porque consideremos que los protagonistas no debemos ser nosotros, sino los concursantes.
-No me diga eso. Entre los vídeos más vistos del programa no hay una sola actuación. Todos son de frasecitas suyas o de su "relación" con la ex concursante Esther…
-Pero eso no es mi culpa. Aunque una cosa es cierta, si he generado vídeos para que la gente los vea, también favorece al concursante que aparece en él, ¿no crees?