A servidor le tocó aquel plan de educación que consistía en EGB, BUP, COU...y lo que cayera luego.
Así que no me tocó soportar aquello del bachillerato con reválida que se chupó mi padre. Un sistema que obligaba a los alumnos a empollar cosas curiosas, como esta décima de Samaniego que mi padre se sabe de pe a pa y que me repite a menudo:
- Subió la mona a un nogal
y cogiendo la nuez verde
en la cáscara la muerde
lo que le supo muy mal.
Arrojóla el animal
y se quedó sin comer.
Así suele suceder
al que su empresa abandona
cuando halla, como la mona,
un principio que vencer.
Como últimamente están de moda los árboles por aquí me ha venido la historia a la memoria. También porque me da la impresión que últimamente por aquí abunda personal que aún no le han tocado nueces con cáscara y, claro, así todo va viento en popa...Lo malo será cuando las nueces lleguen como tienen que llegar: con su cáscara que muchas veces es amarga.
Por otra parte, también me ha parecido ver algún caso de personal que, a la primera cáscara, se queda como la mona: sin comer.
A ver, en líneas generales este mundillo es bastante sórdido y abundan los malos tragos. Conviene que nadie se llame a engaño y nadie se monte historias en Cinemascope que luego, cuando se desmoronan, acaban por hacer más daño (aún)
En cualquier caso, el principio de Samaniego sigue ahí: no abandones tu empresa al primer principio que vencer. Quizás lo que hay que pensar bien es si realmente puedes o no iniciar la empresa. No es fácil, desde luego.