Pues mis razones para acudir al sexo de pago no son nada filosóficas.
No tengo pareja. No ligo ni una mayonesa. No soy feo, pero no atraigo a las mujeres. Ya ni recuerdo la última vez que ligué.
Así que esta es la única manera de estar con una mujer de ensueño, que normalmente ni me miraría, y que seguramente me hará cosas que no me hará una novia "formal".