Efectivamente, nada en demasía. El otro día estuve con dos diosas que me querían cortar el vello con una tijera que sacaron de la mesilla. Y es que lo mío era salvaje.
Dijeron que preferían recortadito, no tanto depiladito, pero en ese momento dije que no me cortaban, no vaya a ocurrir una desgracia con el benjamín...
De manera que de vuelta a casa, me corto no mucho, pero cortito y viéndome delante del espejo me sentí más desnudo que nunca, era como si me hubieran quitado algo vital de mi ser.
Bueno, pues de esta manera es verdad que disfruté más porque estaba pendiente de mi nueva semidepilación la primera vez y como que sentía más (bueno supongo que era algo de cabeza) Eso sí pica un poquito eso de tenerlo cortito, hasta que te acostumbras.
Saludos