Estoy de acuerdo con Richard Blaine. Aquí la discreción va por barrios. Cuando la delatoria es una meretriz la actitud de las iguales es de condescendencia, incluso una cierta complicidad. Se la disculpa diciendo que "esos son riesgos que el cliente corre" o bien que "tratándose de dinero, el irse de la lengua no puede criticarse". Ahora bien, si la perjudicada es una meteriz o no, que tanto da, y el que larga por esa boquita es una cliente despechado o un amante no correspondido, se lanza contra él toda la artillería.
No importa que la meretriz largue por pasta y el despechado no (lo hará por motivos que sólo él conoce), el hecho es el mismo.
En cuanto a no sacar provecho de un comportamiento tan deleznable (nada menos que la traición a quien ha puesto su confianza en nosotros), sólo puede ser calificado como lo hace Carlo María de Cipolla dice en su 3ª Ley Fundamental de la Estupidez Humana lo siguiente:
"Una persona estúpida es aquélla que causa pérdidas a otra persona o grupo de personas sin obtener ninguna ganancia para sí mismo e incluso incurriendo en pérdidas"
saludos