Si hablamos de sexo de pago, solo una vez reconocí un gran stop del que no habría hecho el menor caso si circunstancias externas ("es caprichoso el azar") no me hubieran frenado en seco: una vez tuve locas ganas de volver al burdel solo para devolver un beso cariñoso, solidario, que recibí gratis (o yo creí que gratis). Y lo hice y viví uno de los momentos más plenos de mi vida. Y vi el stop... cegador, enorme... Y no solo quise burlarlo sino que me complací en hacerlo. Pero en el siguiente acelerón ella no estaba ya. Jamás pude encontrarla. Creo que tuve la inmensa suerte, si es que tal cosa existe, de no haberla reencontrado.
Hay un pensamiento que leí u oí en alguna parte y que en las lides del corazón trato de tener siempre presente, haya o no dinero contante por medio: Todos hemos soñado alguna vez con enamorarnos de una puta y "sacarla de ese mundo".... pero el chulo de la vida es más fuerte que nuestra inocencia.