Un auténtico dilema. Los sentimientos son de difícil gobierno y hay que aprender a controlarlos y a domarlos. Hace tiempo sufrí (no por sexo de pago) y desde entonces he conseguido 'enfríar' mi corazón hasta el punto de no enamorarme de quien de mi no se enamora (coño parece una estrofa de una copla), apartado en el que se incluyen las escorts. Y, aunque no os lo creáis, me ha funcionado... He tenido relaciones esporádicas, contínuas en el tiempo y hasta que no encontré a mi media naranja (o medio pomelo, depende del día) no me dejé ir... Otra cosa son las amistades más o menos extrañas, íntimas y personales en las que, más que amor, lo que fluye es una curiosa afinidad y el placer de la amistad, de dar sin esperar recibir nada a cambio. Y es que la vida no es una realidad plana ni en blanco y negro, sino un mundo poliédrico con muchos matices.
Hoy me he levantado espeso. Perdón por el tostón. Estoy un pelín destemplado, que ayer no se cómo cogí frío en mitad de una reunión. :wink: