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cipoton @ Miercoles 26 Mar, 21:06
Veo que la mayoría sois demasiado radicales. ¿No habeis pensado que esos regalos han formado parte de vuestras vivencias?. Todo tiene un sentido, un momento de nuestras vidas y siempre hay una tercera vía para poder conservar aquellas cosas que tal vez a nuestra actual pareja les mosquee.
Por ejemplo, yo aún conservo una serie de objetos de mi juventud que me recuerdan alguna ex. Los más comprometidos:
-Unas bragas que "misteriosamente" (digo misteriosamente porque aún no entiendo como la propietaria se olvidara de ellas con el frío que hace en mi tierra) aparecieron bajo el asiento del acompañante de mi coche. Sobra decir que en un mal momento, tras un meneillo con en aquella época mi novia, ella sacó un "trapito" que había visto bajo el asiento para desentelar el cristal del coche. ¡Anda que no tenía mala leche Cipotina! pero para mi fortuna me salvé de comérmelas que era su primera intención y aún las tengo en la caja verde de los recuerdos. Me recuerdan lo que hicimos con la propietaria de las mismas y la bronca con cipotina. ¿Veis? dos recuedos en uno. Suerte de tener un hermano crápula que cargo con la responsabilidad y yo agilidad mental.
-Pelo púbico de recuerdo de una ex que tenía el chichi pelirrojo ( ¿Se creerá aún Cipotina que es azafrán?)
-Mi primer preservativo que me acompañó durante tantos años como para caducar sin poderlo estrenar ( Y yo cada sábado convencido que ese sería mi gran día).
-El disco de Chicago con dedicatoria incluída. (Para las dedicatorias comprometidas la mejor solución es añadir una contradedicatoria adecuada a la situación que después se haya producido. Ejemplo: suerte que a pesar de quererme tanto me dejaras y así haya podido conocer la mejor mujer de este mundo. Poner aquí el nombre de vuestro amor actual)
-La foto de aquella morenita en la que posais en una posturita de "corderitos degollados" ( y en la que se nota una notable erección en tu entrepierna). En el reverso añadir comentarios tales como: ¡Que guapa que eras!, ¡como me gustabas!, lástima que no soportaba tu halitosis...
-El condón con el que os estrenaisteis, mejor guardarlo en un Diccionario Enciclopédico que ese tipo de libros nunca los abren.
Si me está leyendo mi primera prometida, que no haga ni caso de lo aquí escrito, que me devuelva aquel anillo de compromiso con un diamante del tipo 2 de 0,46KTS que en el año 1979 me costó 275.000 pesetas. Que no devolverlo da mal fario a quien se lo queda. ¡Ah! y que no cumpla su amenaza de quemarme el coche, que han pasado muchos años y el tiempo nos ha de enseñar a saber perdonar.