Iniciado por
oliba
Venga chic@s una ración matinera de optimismo, hoy que parece que lo del sol va en serio....
El Invierno ha sido de los de antes, pero con desagradables formas actuales: tuvo la poca educación de llegar antes de lo pactado, aunque nadie lo requiriese, y fue largo, pesado, plomizo y frío, muy frío. Deprimente. Un atardecer de Otoño, cuando terminaba el diario espectáculo de muerte en el mar del último sol de Europa, me temí lo que venía. Llamadme pitoniso... la verdad es que en esos días acerté varias predicciones.
Será porque vivo entre jabalíes, corzos patéticamente reintroducidos por decreto, faisanes y mucho mirlo (ninguno blanco) posiblemente noto mucho los efectos del cambio de estaciones.
Pero llegó el cambio.
En mi jardín, lo anunció un pequeño Almendro, todavía demasiado joven para que nadie se lo tome en serio ni dé lugar a leyendas de emires y princesas germánicas nostálgicas de la nieve..., después las mimosas con una explosión dorada espectacular, los cerezos, también unos chavales imberbes, un par de manzanos que creo que son del colectivo manzano-gay (no hay forma que den manzanas...)...
En mi patio trasero, que no oculto, señorea un arbusto aparentemente humilde, del país: una esbelta ginesta, alta como un arbolito. Esta mañana me ha saludado con su particular exhibición de oro y un perfume embriagador... casi había olvidado lo que son esos perfumes naturales. Es como aspirar de una piel, que digo, de alguna piel, no, mejor, de una sóla.
La Primavera este año anuncia un programa selecto de festival para los sentidos. Id sacando entradas que seguro que encontrará cada un@ la mejor plaza.
Gerundio, ya ves, sigo de trovador... Es lo que tiene