María Duplessis (ALFONSINA PLESSIS, LA DAMA DE LAS CAMELIAS Y LA TRAVIATA)
vivió en un tiempo en el que las ideas románticas hacían de la mujer un ser incanzabley frágil, que debía ser atendido y mimado por sus rendidos enamorados.
Las cortesanas empleaban este imaginario masculino de la epóca para, en lugar de complacer las fantasías de sus clientes, hacer que ellos satisfacieran sus particulares deseos eróticos. Se cuenta, por ejemplo, de una que se recortaba el vello del pubis sin llegar a rasurarlo, y hacía que el amante de turno besara y lamiera los cortos pelillos hasta erizarlos. La cortesana se regodeaba en su placer entre suspiros, y cuando más gemía más agradecido se sentía el causante. A veces ella llegaba al orgasmo con este juego supuestamente previo, y el otro se marchaba empalmado pero orgulloso , no sin antes pagar los altos honorarios que la señora cobraba por pasárselo tan bien
Como véis algunas cosas no cambian
Bibliografía: "Las cortesanas" Paul Tournier. Manontroppo.2003.