No me gusta tomarme la vida muy en serio, porque eso es darle una importancia que no merece, pero hoy, como es domingo y todas las escorts que conozco tienen su día libre, me he quedado sin nada que hacer y me he puesto a pensar. Y pensando pensando me he puesto a considerar si la existencia de este foro no podría venir a demostrar algo paradójico, históricamente hablando.
ELLOS
En lo que al personal masculino se refiere, resulta que aquí se puede encontrar de todo, como en botica. Hay tipos poco agraciados físicamente, como, por ejemplo, Cipotón, Amantexavi, Gerundio, Baldrick o el mismísimo Osito, quien, como todo el mundo sabe, es una síntesis malograda de Brad Pitt y Juan Pablo II; pero también resulta que hay otros insultantemente guapos, como es el caso de Ingols, el Capitán Haddock, Pegaso o, modestia aparte, yo mismo. Hay, además, individuos adinerados que nadan en la abundancia, como es el caso de Buick, Gurugú, el ya mencionado Gerundio o, para qué negarlo, el que esto suscribe; y, por contrapartida, sujetos que practicamente viven de la caridad pública, como es el caso de Pepe_Mártin (que vive en las sombras), Kasanova (que no tiene casa, ni nueva ni vieja), el también ya mencionado Cipotón (que reside debajo de un puente), o el catedrático José Antón Calvo, cuyo escaso salario apenas le da para visitar a Mai siete u ocho veces al año. Existen, por otra parte, miembros destacados de la aristocracia internacional, como el condestable Cornelius, el cardenal GregHouse, el príncipe Karlos H o - no es ningún secreto- el Marqués de Nietze, o sea, este su seguro servidor; y otros que, sin embargo, ocupan los puestos más desafortunados de la escala social, como, por ejemplo, Icaro, Richard Blaine o el nunca suficientemente mencionado Osito, que trabaja de ayudante de lavaplatos en un Burger de la Diagonal. Y hay, para resumir, otros difíciles de clasificar que no entran en ninguna de las anteriores categorías, como Simunet, Pelos, Adrianus, Distancia, Zeta_Travis, Hermes, ConFi-to, etc.
Y, sin embargo, toda esta variada fauna hombruna convive a diario en este foro y comparte un interés. ¿Cuál? Ya lo sabemos: el sexo de pago. Cosa extraña. Se podría entender en el caso de los feos, los ricos, los humildes sociales o algunos de los inclasificados, pero ¿los demás? ¿los irrestibles como yo que tenemos que quitarnos las mujeres de encima o los pobres como Cipotón que no tienen ni para tabaco y han de fumarse las perritas ajenas? No se explica. A no ser, me digo este domingo ocioso, que el objeto de nuestro compartido interés tenga ciertos componentes profundos todavía no analizados convenientemente.
Esta coincidencia de interés entre tipos tan diversos me hace considerar la posibilidad de que el sexo mal llamado de pago podría ser en realidad el más atractivo, el que conlleva una mayor carga erótica e incluso moral, en el sentido de libre decisión individual de la voluntad. ¿No será –me pregunto mientras veo entrar en misa de 12 a una patulea de parroquianos con paso cansino- que el denostado sexo remunerado es mucho, mucho más sincero, más libre, más auténtico, y por ende más placentero, que el que se obtiene siguiendo las pautas convencionales del inevitable y codificado (y por tanto amoral) empuje genético de la especie, con su manido, y no pocas veces insincero, baile previo de seducción? ¿No será –y someto la pregunta a la consideración de todos aquellos que hayan tenido la paciencia de leer hasta aquí, o sea al viento- que el sexo “profesional” es en realidad más humano, por provenir de la razón y el libre albedrío, que el que es consecuencia del azar y las leyes sociales de la supervivencia de la especie?
ELLAS
Los criterios utilizados para clasificar al principio de este tocho interminable a los foreros del género masculino es de imposible aplicación a las foreras femeninas, porque se da el caso de que todas, sin excepción, son de una belleza cegadora, detentadoras de fortunas millonarias y, para más inri, princesas. Sucede, además, que todas ellas poseen una inteligencia fuera de lo común, muy por encima, desde luego, de la del forero más avanzado intelectualmente, quienquiera que sea, aunque esto último lo digo por pura modestia, porque todo el mundo sabe que soy yo. Entre las que, además de ser foreras, se dedican profesionalmente a lo que he venido llamando sexo de pago o remunerado, las hay, todos los sabemos, que, de haberlo querido, podrían haber sido excelentes abogados, médicos, ingenieros, astronautas o, ya puestos, presidentes de gobierno (esto último lo digo para rebajar un poco el tono y que no parezca que estoy haciéndoles la pelota). Ello me lleva hoy a considerar hasta qué punto pudo haber en su decisión –además de las puramente circunstanciales, que sólo ellas conocen- razones de puro contenido erótico.
Dejando aparte los casos de esclavitud sexual, y desde un punto de vista “ideal” , es decir, en un mundo sin idiotas, violentos, cerdos o explotadores (me estoy moviendo en un plano puramente teórico: es domingo), me pregunto (y les pregunto a ellas, suponiendo que en este punto haya alguien leyendo) cuánta fuerza erótica tendría para mí el saber que alguien esta dispuesto a darme su dinero (la sangre de nuestro mundo) por obtener placer sexual conmigo, alguien que, sin conocerme, me ha elegido entre cientos de posibilidades, entre un tropel de cuerpos perfectos y bellezas deslumbrantes. Y me pregunto, por último, si ese sexo vendido, sin más connotaciones, sería para mí más placentero que el podría proporcionarme alguien con quien me conectara el azar obedeciendo las danzas nupciales de mi especie.
CONCLUSION DOMINICAL
Mientras veo salir de misa a los parroquianos con paso mucho más liviano (se ve que aligeradas ya sus conciencias) me pegunto si el sexo de pago es un pecado o una virtud.