En Madrid, se me ha muerto como del rayo Carlos Llamas, a quien tanto quería.
Así que, ya me perdonarán, porque igual no es el sitio correcto, pero aquí dejo un recuerdo para mi amigo, mi compañero, mi maestro.
ELEGIA
En Madrid, se me ha muerto como del rayo Carlos Llamas, a quien tanto quería.
Así que, ya me perdonarán, porque igual no es el sitio correcto, pero aquí dejo un recuerdo para mi amigo, mi compañero, mi maestro.
ELEGIA
Compañero, no puedo decir que era seguidor suyo, aunque conocía su nombre y fama, pero entiendo tu pesar y que lo expreses aquí.Iniciado por Carlos Mandoni
Me gusta el whisky de 12 años y las eslavas (o gauchitas) de 26.
Lo siento mucho por tí, Mandoni. Se nota, se siente, que era alguien muy importante para tí, el enlace que has puesto es muy emocionante. Como también fue muy emocionante, sobrecogedor, cuando Carles Francino dio en su programa esta triste noticia con la voz temblorosa.
(¿Y a quien le importa si no es el sitio correcto?)
Miguel Hernandez... que bonito. Es uno de mis preferidos.
El fantasma del Paraíso.
Siento mucho la pérdida Carlos. Te acompaño en el sentimiento.
Adeu
Carlos, un abrazo para ti y muchos ánimos
Muy emotivo el vídeo del homenaje a Miguel Hernández
Un abrazo
Soy un chico muy limpio y cariñoso que sabe vivir los momentos de pasión con mucha implicación
Pues gracias Osito, Victor, Jose, Xavi, Petroleador...
Habrá que hacer lo que decía Benedetti:
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría