Buenas...
No hace mucho que me he registrado, lo hice para buscar información tal como indica el foro al registrarse, que de haberla, la hay en abundancia. Podría haber mas pero me da que muchos se guardan datos, como es natural por otra parte.
Pero me gusta leer, participo en otros foros y siempre me ha parecido que si usamos nicks es para guardar parte de nuestra intimidad.
Leyendo un tema concreto en este foro me pregunté que es la verdad. Y no supe muy bien como contestarme. Me vino el recuerdo de un artículo que leí hace un tiempo, y copio una parte. Todo es muy largo, peaso tocho diría.
Es evidente que la simulación, el engaño y la mentira forman parte de la naturaleza humana y están presentes tanto en la esfera personal como en la vida social. Desde los más breves saludos estructurados, del estilo de "Buenos días, ¿qué tal estás? Bien, gracias", en donde las palabras pierden su significado genuino para dar paso a meras fórmulas de cortesía, hasta las formas más elaboradas de comunicación en el complejo entramado social se apoyan en un juego de roles, en donde se entremezcla lo que la persona es con lo que aparenta ser, la realidad con la imagen, la función de autor con la de actor.
El engaño no es exclusivo de la especie humana sino que es también una característica que está presente en los primates y en otros animales que viven en entornos sociales de gran complejidad; y en los reinos animal y vegetal son numerosos los seres vivos que han desarrollado, en el proceso evolutivo, capacidades de camuflaje y de adaptación muy elaboradas, que han prosperado gracias al efecto de confundir a sus competidores o a sus depredadores.
La supervivencia en un medio social complejo ha favorecido el desarrollo de la neocorteza cerebral en el ser humano y en otros mamíferos superiores, que ha hecho posible la adquisición de habilidades mentales extraordinarias, como son la auto-conciencia y la teoría de la mente, que permiten no sólo reconocer características personales sino también anticipar los pensamientos e intenciones de los congéneres, aumentando así las habilidades sociales y la cohesión grupal. Sin entrar a discutir si el primate es consciente de su conducta, si su pensamiento es reflexivo o si sus actos obedecen a un plan preconcebido (hipótesis mentalista), o bien si dichas habilidades son resultado de meros reflejos innatos o de procesos de aprendizaje instrumental (hipótesis conductista), lo que parece evidente es que estas capacidades están en el origen de lo que Whiten y Byrne (1997) han denominado "inteligencia maquiavélica"; teoría según la cual los primates han conseguido desarrollar diversas estrategias sociales que son ventajosas para la supervivencia, recurriendo al uso convenenciero de comportamientos agonistas o cooperativos, según lo exija la situación. La inteligencia maquiavélica es una capacidad que parece haber sido inducida por la necesidad de dominar formas cada vez más refinadas de manipulación y defraudación en el medio social, y que se manifiesta a través del uso de estrategias de disimulo, mentira y engaño tácticos. Como también señala Smith (2005), la inteligencia maquiavélica pudo haber sido el motor que empujó a nuestros antepasados a ir adquiriendo cada vez mayor inteligencia y a hacerse cada vez más aficionados a mudar de opinión, a cerrar tratos, a farolear y a confabularse con otros; por lo que estima que los seres humanos son mentirosos natos, habiendo desarrollado formas mucho más sofisticadas de disimulo que nuestros parientes primates más cercanos.
Pero el disimulo y el engaño a los demás no hubiera alcanzado tales órdenes de magnitud si los humanos no hubiéramos desarrollado también la habilidad de engañarnos a nosotros mismos. El autoengaño nos ayuda a mentir a otros de manera más convincente, y la capacidad para creernos nuestras propias mentiras nos ayuda a embaucar más eficazmente a los demás. Por otra parte, nos permite alcanzar el grado de perfección de "mentir con sinceridad", sin necesidad de hacer un montaje teatral para fingir que estamos diciendo la verdad. Esta es la tesis del sociobiólogo Robert Trivers (2002), quien sostiene que la función capital del autoengaño es poder engañar más fácilmente a otros, por cuanto la credulidad en el propio cuento lo hace más convincente para los demás.
Así pues, el disimulo, la mentira implícita o el engaño deliberado forman parte de todos los escenarios en los que transcurre la vida social humana. En un proceso evolutivo cuyas etapas se van consumiendo desde la infancia, se va perdiendo la espontaneidad conforme se asienta la convicción de que la sinceridad no siempre es posible ni conveniente, porque puede perjudicar a la otra persona o a uno mismo. Por eso, mienten los amigos bien intencionados con el fin de halagar, de edulcorar la realidad, de dar apoyo o de proteger a la persona estimada; mienten los gobernantes y los líderes sociales para conseguir sus propósitos, para evitar problemas o para seducir al electorado (llegando a la paradoja de que son los más mentirosos quienes muestran el mayor empeño en desenmascarar las mentiras de sus adversarios); mienten los medios de comunicación, ocultando información o publicando información interesada, enfatizando noticias o contrarrestándolas con otras; mienten los publicistas y los vendedores en todas las transaciones comerciales para persuadir a sus clientes; y, entre otros, mienten también los profesionales para defender sus intereses, el reconocimiento social o para lograr la satisfacción de sus clientes. En definitiva, todas las personas intentan acomodar la realidad a sus propias intenciones, expectativas o necesidades; pero lo sorprendente es que, a sabiendas de que el mundo es así, actuamos como si todo fuera verdad o tal vez necesitamos persuadirnos de que lo es. ...
Ergo. Cualquier foro es el reflejo de la sociedad.
Ya se que estamos en vacaciones pero me gustaría leer futuras aportaciones. Coño, un poco largo si ha salido, se puede también no leerlo