Iniciado por
Pajilleitor
Es la 1:15 de la noche cuando estoy escribiendo estas líneas y me encuentro solo en el balancín de mi terraza, fumando un cigarro y perdiéndome en la inmensidad del cielo, y en esa inmensidad me he quedado perplejo observando la luna llena, esa luna que se encuentra sola en medio del cielo sin ninguna estrella brillante que la acompañe. Pero esa luna, a pesar de estar sola, nada le impide que esté llena, como si no le importara que ningún cuerpo celeste le acompañe esta cálida noche de semi-verano porque a ella le basta con su grandiosidad para brillar por sí misma.
Y eso me ha hecho reflexionar y he repasado mentalmente diferentes etapas de mi vida. Y con la inspiración de esa luna llena y sola, las primeras que me han venido a la cabeza han sido etapas de soledad, no soledad física, (porqué por bueno o malo que sea, siempre he sido un tipo bastante callejero y de poco andar por casa y eso ha hecho que tenga bastantes amigos), pero si de soledad emocional, esa soledad que te ocurre: cuando no estás ligado a nada, cuando no hay nada ni nadie que te importe, cuando no sientes emociones por nada que ocurra a tu alrededor y llegas ha sentir que estás vacío por dentro.
En lo segundo que he pensado es en el lado opuesto de la balanza, las etapas de mi vida en las que me he encontrado emocionalmente acompañado, y cuando me pongo a pensar en ellas me doy cuenta que seguramente he estado demasiado condicionado por la mujer con la que compartía sentimentalmente mi camino en ese momento.
Yo no soy una persona de medias tintas, cuando alguien me gusta de verdad y hay mucho más que una atracción física (pocas veces me ha pasado) no puedo evitar que se me note. Porqué ese sentimiento hace que me sienta como en una nube, me hace sentir vivo, ilusionado, extasiado.... y cuando sientes todas esas emociones maravillosas, solo puedo estar agradecido por quién te hace sentir así.
Y eso hace que me entregue en cuerpo y alma para devolver todo ese torvellino de sentimientos, para que ella pueda disfrutar de las mieles que yo estoy saboreando en ese momento.
He tenido rolletes o relaciones que nunca me despertaron más interés que el sexual y guardo un buen recuerdo de ellos.
Y después están esas relaciones en que han aflorado sentimientos tan dulces, que al acabarse se han convertido en extremadamente amargos.
Y aún que actualmente no hay nadie que me haga sentir nada, y esté solo sentimentalmente, me siento lleno, como la maravillosa luna que me ha acompañado hoy.