Mas que de fantasias, el tema ha pasado a ser de realidades.Os explico una mia de la que hace tanto tiempo que pasó que a estas alturas podia ser una fantasia.
Pues con 16 añitos, interno en un colegio de curas y mal estudiante.Lo de mal estudiante, no por falta de capacidad sino más bien de tiempo.Y no tenia tiempo porque salíamos de paseo por la tarde y habia una “universidad laboral “, tipica de aquella época, pero de chicas, que también salían de paseo por las tardes.Total que darse el homenaje corredpondiente pensando en las chicas que me habían levantado el “animo”, requeria su tiempo.
El caso es que suspendia hasta el recreo y me obligaban a estar en el colegio en Agosto.Allí coincidia con ilustres colegas, del mismo palo.Uno, especialmente veterano, disponia del piso de sus padres, que estaban de veraneo y él “castigado” con los curas.Y en el piso de abajo, en la puerta de al lado, vivia una viejecita asistida por dos chicas.Total, que cuando los curas dormían, nos descolgabamos por el balcón e ibamos al piso, desde una de cuyas ventanas, se veia a la viejecita de espaldas delante de la tv y las dos niñas a su lado.La dificultad mayor estaba en conseguir que las chicas miraran arriba y a su espalda, conseguido eso, el montaje era espectacular.Como la viejecita no podia quedar desatendida, a riesgo de descubrirse el pastel, pues se alternaban para subir al piso de arriba.Y como que las hormonas y el exceso de ganas eran notables, siempre íbamos de trios, pero un tanto especiales: uno era el espada principal de la “corrida” y el otro ponia las banderillas que podia.Y después subia la otra y intercambiabamos los papeles.Noches realmente intensas.Sobre todo porque para mi, eran las primeras chicas reales que toqué, me tocaron y con las que follé como si no hubiera mañana.
La cosa duró hasta que un vecino nos vió descolgándonos por el balcón y aviso a los curas.A la vuelta de las “corridas”, el balcón estaba cerrado y el marrón fué importante.Mi colega, desapareció para siempre, “secuestrado” por sus padres: ignoro cual fué su destino.A mi padre también le dieron el aviso, y fuí seriamente abroncado, pero me pareció ver una sonrisa de satisfacción en la cara de mi padre cuando interrumpió la bronca y se dió la vuelta.
En fin: juventud divino tesoro.