Todo en su justa medida es bueno, lo digo porque los que esculpieron la Venus de Willendorf ya debían tener conocimiento de la importancia de los caracteres sexuales secundarios. También es aplicable a los hombres y todo, verbi gracia Berlusconi, chapuza de transplante capilar y además teñido (parece sacado de una viñeta de Hergé).