Pues no se que decirte. Yo he ido en fin de semana. Hay chicas que se te acercan, las menos y en un porcentaje irrisorio. Las más esperan a que te acerques a charlar con ellas. El ambiente es muy educado, no te harán mala cara siempre y cuando te acerques a ellas con el respeto y la amabilidad que merece todo ser humano. Vamos, entrar como si intentases ligar de buen rollo en una disco.
Allí conocí a Adriana hará unos dos o tres años. Estaba más delgada. Fue así:
Había quedado con unos amigos en una de las discos de la zona, pero a última hora se había venido abajo el plan. Y estaba solito. En eso que veo a un par de chicas, una castaña y una morena, altas, bien vestidas y muy guapas. La morena, guapa como pocas, me dio un vuelco el corazón. Las sigo. Entro, pago la entrada, dejo la chaqueta en recepción, pierdo unos minutos preciosos, las pierdo de vista. No hay problema. Empiezo a explorar el local, de una sala a otra. En el pasillo se me acerca una chica rubita y bajita, muy bonita, y se pone a charlar conmigo. Me gusta, pero el precio -sobre 300- y el hecho de que busco a otra me hacen pasar de ella. En la última sala me encuentro a mis dos mozas charlando tan ricamente con un ejecutivo. Así que decido tomarme un respiro -las doy por perdidas- y me voy a la primera sala. ¡A la barra, ea!
En la barra pido una tónica, manias mias. Mientras me la traen, se sienta a mi lado una chica rubia y bella como un ángel, con unos preciosos ojos claros. Cuando me traen la bebida me pregunta que tomo, bromea con que soy un chico sano y me dice "soy Adriana, ¿me conoces?" Me quedo de piedra, las fotos no le hacen justicia... y son muy buenas. Me hace unos pases de baile, juega con mis gafas -es impresionante como una escort de pura raza sabe aprovechar cualquier tontería para estar todavía más atractiva- y finalmente salimos por la puerta de atrás -más discreto. Finalmente no hice nada con ella, en esta ocasión me pedía 400 euros, y yo sabía por su página que trabajaba por 300. Que una cosa es ir más salido que el pitorro de un botijo, y otra ser tonto. Así que me deja y se va.
Me encuentro más excitado que antes y sin pareja. Vuelvo al local, me dejan entrar sin pagar -el portero recordaba mi cara, ojo al dato, que ese hombre es un fisonomista de primera-, y doy otra vuelta. La rubita no esta, pero me encuento a la morena y a la castaña charlando animadamente en uno de los sofas. Entro a charlar con ellas, muy majas, son rusas, etc., subo con la morena a los apartamentos -estan en la siguiente calle, al lado posterior del bloque... y 300 euros a la basura Uno de los peores polvos de mi vida con una chica de impresión (cuerpo 15 sobre diez, bien vestida, podría llevarla a cualquier lado y pasaría por una chica de clase media-alta).
Asi que pagar más no garantiza nada. Ni una belleza espectacular.