Sí mejor así, un motivo musical. Lo de los himnos conlleva banderas y taconazos, no precisamente de stilettos de Jimmy Chou....
Me voy a un viaje casi imprevisto. No es exactamente de placer aunque si sale bien, que saldrá, el placer será enorme. Un viaje rapidito y muy hot... Cosas del clima, del hambre y de la locura de los dioses.
Y, pues por eso, antes un par de ideas. Una, ahora, podríamos tener un motivo musical, verdad?. No, no vale aquello de "Soy putero, tra la la". Ni nada de Jane Birkin...
Propongo el capricho nº 24 de Paganini interpretado por Vanessa Mae.
Los motivos:
- Por lo de capricho. ¿Pues habrá mejor capricho en el mundo que esta afición? No, nada, ni por quien, pagando, quiere ser feliz a cualquier precio, ni por el capricho que es poder tener un nivel de vida cómo el que algunas soñaron y consiguen, allí cada uno y cada una, satisfechos o no, con lo que obtienen. Capricho en todo y por todo.
. Por el autor, Paganini, no me diréis que no es un nombre adecuado. Sí, sé que hay otros valores emergentes. Deduzco, o, mejor dicho, tengo evidencia, de nuevos compositores al alza, bien promocionados, algunos conocidos desde hace tiempo: Encerronini, por ejemplo, Hazme-este-favor-con-mi-amiguini (que nombre más largo), Supliquini, muy activo por Madrid hace unos años, Notorio-influyente-forerini. Añado los más conocidos: Desinteresado Consejerini, Potente Coaccionini, Cuidado Chantajini y el, debe ser ruso, Buenaexpe-mercadof. Pero no llegan a triunfar, bien sea por imprevisibles y oportunos problemas de agenda o porque, en gustos musicales, impera en definitiva el buen criterio. Nada, lo dicho, Paganini es el mejor. El único que puede inspirarnos.
- Por la intérprete, Vanessa Mae, no me diréis que no es una monada. Con su violín eléctrico, ese mestizaje entre China y Thailandesa.... Esos labios, ese vestidito y esos ojos achinados. Cómo me gustan esos ojos, por dos pares de razones.
Ahora, espero vuestra apasionada discusión, motivos alternativos o, quizás, sugerir algún compositor distinto, cómo los citados antes o cómo cualquier otro. Hay innumerables, seguro, tantos cómo tipos de queso en Francia... o tantos, decía, cómo es capaz de inventar la imaginación del hombre (sólo o con ayuda) para, si no nació con el físico de un actor porno, echar un clavito gratis.
Nota: Será un fallo del cerebro pero me vino una visión: el whatsapp saturado... Al final lo harán de pago...