Pues suerte que la discreción no es su fuerte, porque si no la gente nos señalaría por la calle gritandonos: ¡¡PUTEROS!! Ironías y estupideces aparte, no se puede generalizar. La gente (sobretodo los poco espabilados) tiende a olvidar que las escorts también son personas con su vida privada y con sus virtudes y defectos. Para terminar solo os diré que al final me he tirado a la piscina y que estoy pasando este fin de semana de puente con ella. Prefiero equivocarme que no arrepentirme de no haber hecho lo que el cuerpo me pedía.
Os leo desde la playa....Saludos!!