Seguramente este señor sigue la tradición francesa (Mitterrand o Chirac son dos ejemplos recientes) que asume su conducta sexual no tiene efectos en sus electores. Ellos sí son liberales y tolerantes y no como esos anglosajones puritanos que dejan de creer en un político porque se vaya al catre con cualquiera de sus subordinadas.

Que esta individuo ha abusado de su posición para conseguir favores sexuales ya ha quedado claro en anteriores ocasiones. Ahora la hipocresía dirá que esta vez es "peor" porque ha utilizado la fuerza física.

Este tipo, como tantos otros de su posición, hace lo mismo que hicieron en tiempos lejanos gobernadores civiles franquistas, duques y condes en la corte y hasta los mismos reyes, simplemente aprovecharse de su poder para tirarse a una camarera de hotel, posada o convento.

Archer