Cita Iniciado por capitan bimbo Ver Mensaje
Todo comenzó hace muchos años (bueno todas las historias empiezan así...no). Como todo buen adolescente que no se come "un torrao" me llamaban la atención los anuncios de "escorts" de los periódicos, así que ni corto ni perezoso cuando cumplí 16 años me decidí a hacer realidad mi sueños, echar mi primer "polvo".

Fui a uno de los clásicos de aquella época, mediados los 80, en la zona del Eixample, timbre rojo, calle Rosellón (creo que ya he dado suficientes pistas). Cogí valor, 5.000 pesetas que tenía ahorradas y me fui para la casa de citas. Llamé al timbre y me abrió la puerta un señor con el pelo canoso con una pregunta bastante directa: "Chico que edad tienes"......tras mi respuesta el hombre en cuestión me respondió: "Vuelve cuando tengas la edad suficiente".....

Y así fue la primera experiencia del Capitan Bimbo, una auténtica declaración de intenciones de lo que iba a ser mi vida en un futuro no muy lejano.

La segunda experiencia que ya fue más real y palpable, para un segundo capítulo......
Capitulo II. En la la calle Bailén mi primer vaivén sexual.
El primer polvo del Capitan Bimbo
Corría el año 89. El Barça de Cruyff había ganado la Recopa a la Sampdoria de Vialli y Mancini (que gran partido de Urbano, por cierto). Era un momento complicado por mis problemas con mi primera novia, ella ya empezaba a pasar de mi y yo lo llevaba muy mal. Ansiedad, nerviosismo, malestar general,etc.....(por cierto, novieta que me he encontrado en Facebook....tiene "collons" la cosa)
La cosa acabó en mi primer contacto sexual en la mítica calle Bailén de Barcelona. La típica casa de citas del Eixample. La señora que respondía al teléfono me ponía super cachondo.....y acabé visitando la casa ante tal calentón.
Me presentaron a tres chicas y la última de todos era la típica morenaza jovencita. Evidentemente esa fue la escogida. Las tarifas (si no recuerdo mal) eran 8.000 pesetas un completo y 15.000 completo + griego. Escogía la primera opción, era un estudiante con algo de dinero ahorrado.
Flipé con el francés a pelo. Nunca me habían chupado la polla y fue una experiencia rarísima. Entre gusto y dolor.
Acabamos con la postura del misionero, eso sí con condón.

Cuando me marché, me emparanoié con el tema del SIDA, en aquella época no había mucha información y tuve miedo de haberlo pillado con el francés a pelo.

Y hasta aquí el segundo capítulo, el tercer capítulo empezará con mis maniobras orquestrales en el Campo del Barsa y los "travestis"....ja ja