
Iniciado por
icaro69
La lealtad es la gran base de una relación.
Quien traiciona la lealtad, sea él o ella, desbarata el techo, los cimientos (...)
Y ahí quiero llegar, sin demasiadas vueltas pero con una única certeza.
La lealtad cuando tú te vas de putas, o cenas con tu amante, o cortejas a la moza de la biblioteca, o te pajeas pensando en tu cuñada, o lanzas mensajes en el océano virtual o plantas una estaca en la Patagonia buscando que la isla de Pascua toque las castañuelas.... se quiebra. Se rompe. La matas. Te suicidas. Y si no eres desleal es porque no puedes o no te dejan, pero jamás porque tú no te "dejas".
Claro, aparece la hipocresía y el egoísmo (...)
(...) las medias mentiras se convierten en enteras, en todo. Y claro... en la nada.
Algo se rompe. Se quiebra.
La deslealtad no es pecar, es humillar primero a aquella persona que comparte tu vida y sin consensuar un acto llevarlo a cabo.
No creo en ello de que un polvo loco, una tarde de putas o una doble vida "soporte" y enlace con la "sostenibilidad" de una pareja o un matrimonio.
Es una de las más grandes mentiras. Es la patraña de la auto-mentira. El cobarde eslabón que permite autoengañarnos y lo peor, traicionar a esa persona que cree y confia en nosotros.
Es más creo, que es un acto de cobardía, no por el sexo, que en definitiva el sexo no deja de ser un instinto quasi animal, de supervivencia.... comer, respirar, miccionar, llorar, defecar, reir.... sucumbir. Son verbos fáciles de conjugar y en alguos casos y circunstancias díficiles de rebatir.... y compartir.
Creo que es de cobardes, de miserables, de desleales creer que irse a fumar con una dama extraña o poco conocida podrá arreglar lo que no supimos mimar, cuidar, proteger, crear y enriquecer.
Siento que es una puñalada trapera (...) Las agallas son otra historia, nobleza.... inflinge y amedranta.
Unos cuando llegados a ese punto se paran.... reflexionan y deciden que lo mejor es el punto final creo que hacen justicia ya no al futuro, sino al pasado y al presente, a unos años compartidos, quizás a unos hijos, tal vez a un amor que en algún tiempo mejor pudo existir.
Todo lo demás no es que me suene, es que me da asco.
Y yo también hubo una época que al levantarme y mirarme al espejo me repugnaba.