Pues yo siempre he creído que el presente es lo único que tenemos. El futuro nos lo podemos trabajar más o menos, pero no deja de ser impredecible.
Últimamente me da por pensar que lo verdaderdamente importante no son las calidades sino las cantidades y nuestra habilidad para gestionarlas y dosificarlas...
Creo que se me ha ido un poco la pinza...