La calidad siempre fue la misma.
Algunas se lucen, otras están y las menos se olvidan las pilas en el neceser.
La cantidad ha aumentado.
Es lógico, acabaremos comiendo con las uñas del otro y en el vientre de alguna.
El trueque empieza a tomar cuerpo. Y al cuerpo.
Coge una esponja y exprímela.
Zumo de vida, y para respirar y tragar algunas deciden cruzar.
No hay más.