Dicen que la cara es el espejo del alma, es desde luego la parte más visible(en circunstancias normales) del cuerpo humano.
No obstante hay expresiones relativas a los genitales externos del varón que reflejan ya ciertos rasgos de la personalidad del tenedor de tales atributos: huevón, pichacorta, acojonado, pollaboba, pollavidrio, cojonazos, pichabrava, despichado, etc.
¿Pero qué coño pasa con los coños, con perdón?
Hace pocos días leía a mi admirado Henry Miller y encontré una exhaustiva clasificación:
Hay coños que ríen y coños que hablan, hay coños que registran la subida y la bajada de la savia(sismográficos), hay coños masoquistas que se cierran como las ostras y tienen conchas duras y quizás una perla o dos dentro, hay coños ditirámbicos que se ponen a bailar en cuanto se acerca el pene y se empapan de éxtasis; hay coños políticos que están saturados de ideología y que niegan hasta la menopausia, hay coños glaciales en los que puedes dejar caer estrellas fugaces sin causar el menor temblor; hay coños hechos de pura alegría que no tienen nombre ni antecedente y estos son los mejores de todos.