Iniciado por
oliba
Icaro.
Gracias... pero necesito un poco de tiempo para traducirte. Nada, poca cosa, después de la clausura de las Olimpiadas de Madrid creo que lo tendré resuelto. Mientras, un abrazo.
Llegué a una extraña pero pacificadora conclusión, existen aquellos que escriben para que los lean y otros para que los sientan. Que a veces lees y no tocas piel, y otras te sientas y se dejan tocar.
Otros, para inventar la emoción que espera respuesta, el ladrillo definitivo con el que tapiar su parco cielo; y otros que desconchan su propio techo con navajazos al liguero de la razón, ese que a medio muslo confunde el ojo con el ojete.
Existen antiguas palabras que se dejan cepillar sus hermosas canas, y recién nacidas presuntuosas de lo que sólo dejan entrever... que tocan a retirada en hueco.
Ahora, es posible que la barra de labios que corrige las arruguillas y el flequillito de la indecisión, de la incomprensión no precise que moldees y fricciones su este, su oeste.... el sur es mi norte. Cuando la razón y el corazón fornican a un arpegio, el acorde anega a un cáspita, y eureka se resquebraja. Se derrama.
Cae, gacha.
Llevo, ya, algún mes deseando morir cerca de su palabra, de la callada, de la que no escribe al sigilo, a la mesura, a las circunstancias, a los miedos y los lustros. Aquella que los fantasmas dejan sin medias de miedos, sin sed de reproches. Casi oculta, como aquella hermosa luna llena que turbia y entretiene con su esplendorosa luz los hermosos dientes del firmamento.... las estrellas.... aquellas que el vientre cepilla, contempla y atempera, pero que no traicionan. Podemos perdernos en la inmensidad de un océano de lágrimas, de un mundo derrocado, de un mar negro.... pero siempre serán ellas quienes nos acompañen a la desembocadura de la gran pena, que ella.... la diosa fortuna madre menguante, amante creciente enrederá nuestros deseos y acabará por dejarnos en la ínsula del círculo ensimismados con lo que en las afueras su simetría nos atrae, nos prende y nos desgarra. Mmmm, en cambio ellas.... fugaces y perpétuas, siempre están allí, siempre.... alzas la vista y ella te encuentra, y no tú a ella..... En una noche cerrada, sobre un mar de agujas....la leve brisa acabará por esquivar su gustoso queso y nos prendará en el destello leve, débil, pero perenne, sosegado, amarmolado, tenaz..... de donde de nuestro agujero creamos el pequeño sedal que nos ceba en su vientre.
La angustia, Oliba. Ajá, aquella princesa que siempre se acuesta con el salabardo por tiara...y nos da de comer mientras no cabe ni una gota de aire, ni un grano de agua. Que los peces andan solos, desbocados. Y las manos se descalzan.
¡De la cuna al ataúd, cuánta palabrería!
Ella se escribe sin
Hache, y
ellos también.
Yo ya no tengo hambre, que ella sí se escribe con
Hache, ay Oliba...Oliba... la fámelica víscera que prensa en el lagar donde aquellos viejos tiempos comprados con el trueque del metal se relamía del placebo. Altiva, prodigiosa y orgullosa se pavoneaba como inalcanzable, inabordable, indomable.... y ahora transcurrida alguna travesía por el desierto de cielo raso, se conforma con el cuerpo de su voz, con la cintura de sus recuerdos, con las lágrimas de sus sonrisas....
Ahora, mientras traduzcas una arroba de lo que te desconcierta, de lo que declinas pero no atinas, de lo que mi confusa y parda mirada intenta plasmar... comprenderás, que no existe ni lengua, ni momento, ni sapiencia para separar el grano de la paja... porque existe una lejana Babilonia que cada corazoncito contrae y esparce, siembra y disimula.... pero que incontrolada y profundamente conquista aquello que creimos olvidado, perdido, avasallado.
Ahora, cuando la maldita inspiración va en cabestrillo, y la sangre coagula la acuarela de sensaciones hasta convertirla en tizón, podrías tenderme tu mano y sentirías como chirría.... como garabatea....
...por que ella lucha donde nunca se alcanza la victoria, sino la libertad.
La del alma, la que ni sabiendo latín puede comprar los mejores momentos de una vida.
Esa se roza a pulso.
Y de la mano, de las manos.
Un fuerte abrazo, hermano.