Tranquilos, el tema no va de coleccionar mariposas como en la película de William Wyler.
La colección es más asequible y la inspiración me proviene de la revisionada película de G. Berlanga "La escopeta nacional".
Lo cierto es que la colección del Marqués de Leguineche me motivó y me hizo pensar en la posibilidad de aficionarme a algún tipo de coleccionismo.
Desde hace unas semanas y dada la dificultad de coleccionar mechones de vello púbico de las escorts con las que he mantenido relaciones, me he decantado por la colección de calças usadas por ellas.
El tema no es baladí, muchas de ellas se resisten a entregar, a modo de regalo y recuerdo, una prenda tan íntima.
El porcentaje de fracasos es superior al 50%. No obstante también debo reconocer que he obtenido varios trofeos, que guardo como oro en paño en una "calaixera secreta".
Algunas de ellas todavía mantienen su fragancia, ese aroma mezcla de perfume y sexo que me evocan momentos de sublime perdición.
Las que más me ponen son las blancas( la minoría) con un pequeño collage beige y almidonado en su vértice.