La noche era fría y estrellada,muy fría diría...y el resplandor de una luna llena poderosa iluminaba toda la ribera...se dibujaba, en el transcurrir del agua, un desapaciguamiento, nada usual...lo normal ,era un susurro constante y nítido...pero esa noche,unos gemidos viciosos reberberaban sonoramente...eran gemidos de la casta putanesca,además,de los del carajo...
El ambiente prometía,y el aroma,además,embriagaba mi olfato...me guié por el hedor demoníaco del vício y me adentré en las callejuelas del viejo París...
Ví a un tipo que salía corriendo de una Pizzería,despavorido,como si hubiese visto a algún negro amenazante...olía a putanesco de los buenos.
Fuí a saludarle...pero pasó como una bala.
Me colé en la Pizzería y el espectáculo era dantesco.Ví a una série de mujeres bailando "los pajaritos" delante de unos sujetos que babeaban lujúria por la vista...meneaban su cucu delante de ellos,como si tal cosa...y ellos devoraban sus sexos a golpe de retina...
Eran ellos...los había encontrado.
Me acuerdo de uno en especial,con cara de gangster y un puro habano humeante,con mirada de acero...¡Un tipo duro!
Había otro, con sombrero de cocinero
y un cacharro de esos que se usa para trinchar carne...lo acariciaba suavemente...
Y al negro vigilando...
Watson