Iniciado por
icaro69
Es evidente, algo se muere cuando a uno no le encuentra el latido del sinsentido.
Algo seguirá cambiando, cuando un síncope se convierta en indiferencia paupérrima, en indolencia frenética....en ajadez plausible.
Tomarse un respiro es deliciosamente revitalizador:
imagina como esa caipirinha se derrama por la fruta de la pasión....los nísperos se las pelan, los callos se desgañitan, los cuervos se colocan sus gafas de sol y los búhos se convierten en murciélagos.
Imagina que ese meneo que antes adicto pululaba en solfa aberrante....se desmorona.
Imagina que el faro se convierte en una jeringa de suero profundo, de merma anestesiada que paraliza las articulaciones, hipotenusa a la carótida y pervierte al vértice.
Imagina que olvidas las señas. Ni el urinario, ni el santo y seña.
Imagina que es como un cuento con final infeliz y donde a los gazapos se lo zampan las bastardas perdices.
Imagina que nada es como siempre quisimos.
Es la ley de la vida, imaginar para advertir que todo es una puta mentira.