Apreciado Cipotón, no tengas celos de Oliba, porque si hay sentimiento serio ese es el que nos une a ti y a mí. Que mayor seriedad que pedirte, en prueba de lealtad, que me avales unas cuantas letras para llegar a fin de mes. Ando escaso de recursos, monetarios, que de los otros, agobiado.
Y como Oliba ya te ha habado de Nina, sois unos hedonistas, me permitirás ser más prosaico, exactamente aritmético y matemático.
Te has equivocado. En la medición. Has utilizado la regla científica por el lado equivocado. Uno es en centímetros y el otro en nanosegundos. Por lo que los 110 que declaras son en esta última medida. Realizo los cálculos de conversión, a ver, a ver, a ver, la calculadora, veamos, veamos, algoritmos neperianos, exponenciales, permutaciones, me da como resultado 7,1 cm.
¿Me habré equivocado? Tú mediste 7 cm. ¿Dónde está el error? ¡Yo no me equivoco nunca en los cálculos! ¿De dónde sale la diferencia de 0,1 cm?
He repasado todos los cálculos y no encuentro el error. Y he vuelto a leer todo el hilo, completo, encontrando la explicación. Porque no hay otra que justifique tan portentoso crecimiento que el señalar que habiendo leído el hilo, Cipotón, con especial atención a las lisonjas, mimitos, apapachos y achuchones que Oliba y yo nos procuramos, que tu, Cipotón, te hayas excitado. Y tal excitación extrema ha provocado una portentosa erección, de ahí la diferencia entre tus declarados 7 cm. y los 7,1 por mi calculado. Lo que no es mala proporción en la erección, si nos atenemos a las medidas de inicio. Felicidades, estas hecho un chavalote.
Y quizás, es una posibilidad, alguno de los que nos leen se esté riendo. No les hagas caso. Porque seguro que en anteriores intervenciones ya han declarado que tus medidas son las suyas. Incluso alguno las envidia. Y olvidando esa clara manifestación, no se dan cuenta que riéndose de ti se están riendo de ellos mismos.
He aquí la explicación del castellano aforismo que señala la conveniencia de reírnos de nosotros mismos y de nuestras miserias. Miserias. La tuya y las vuestras, que no la mía. Nunca mejor dicho. Porque entre tú y yo, 7 cm. es un autentico asco. ¡Como vamos a comparar tu rastrojo con mi hermosa sequoia!